Capítulo 3

160 4 0
                                    

Carta al "amor de mi vida",
parte 3.

Recientemente conocí a alguien muy parecido a ti y ahora todo vuelve a doler.

Conocí a alguien que es igualito a ti de muchas formas: en su estatura, en su color de piel, pelo y ojos, en su forma de sonreír y hasta en su forma de caminar. Conocí a alguien que se me parece en ti en muchos niveles que jamás me habría imaginado, pero nadie más lo ve o lo nota, solo yo.

Quizás en verdad no se parezcan en nada y solo es mi imaginación haciéndome sufrir, pero lo cierto es que te veo en él. Si... te consigo imaginar en cada cosa que hace.

Para mi, se parecen en todo: en la forma tímida de decir "hola" sonriendo, en la forma de mirarme, en la forma de hablar y en cada palabra que me dirige.
Se me parece demasiado a ti y te imagino en cada movimiento suyo. Incluso te imaginé cuando me preguntó inocentemente porqué le tomo tantas fotos desprevenido.

No le contesté a esa pregunta, simplemente la evadí, así que te la contestaré ahora:
Supongo que lo hago porque me gusta intentar capturar momentos con la cámara, siento que aunque los momentos pasan.. la foto se queda.

Pero quizás sea al revés: quizás las fotos se van o se pierden y las memorias se quedan.

En cualquiera de los casos, ahora observo sus fotos y estoy segura de que se parecen un montón.
Y ya que ya no tengo fotos tuyas, tengo suyas, y siento que te vuelvo a tener a ti.

Ya va, pero... ¿a quien quiero engañar? Sigo teniendo tus fotos, sigo guardándolas como si fueran mi más preciado tesoro, las sigo viendo (más bien "observando") de vez en cuando, sigo llorando al hacerlo.

También tengo muchas fotos mentales de ti, ¿sabes? Y aunque pensaba que ya te había superado, lo cierto es que ahora me doy cuenta que no lo hice.
En cuanto me lo presentaron, algo se rompió en mi interior y supongo que te echo de menos, te echo mucho de menos.

Y aquí estoy, después de un largo y cansino día, sentada en mi sofá con las piernas encogidas intentando ocupar el menor espacio posible.
Aquí estoy con el ordenador en las piernas imaginándote a mi lado leyendo lo que escribo, ¿pero para qué escribo? ¿Para qué te escribo esta carta (una más) que jamás leerás? ¿Acaso escribir estas palabras me hará sentir mejor o, acaso, peor?

¿Será que si las leyeras, volverías? ¿Será que las leerás y volverás?

Y lo más difícil de superar es que aunque desee que me escribas y me digas uno de tus hermosos "te echo de menos", también deseo que no lo hagas.
Porque lo cierto es que nada cambiaría , todo seguiría igual y me seguiría haciendo daño a mi misma.

Aunque leyeras esta larga carta que jamás enviaré, sé que no entenderías la mitad de las cosas que digo porque así soy cuando siento mucho, confusa y desordenada, porque escribo así como pienso.

No sé que más decirte.
¿Volverás?
No digo ahora, ¿lo harás algún dia?
¿De verdad ya pasaste página?
¿De verdad ya no me echas de menos?

Así es, conocí a alguien que se parece demasiado a ti y verlo me dolió tanto como el día en que nos despedimos.
Ver su sonrisa, sus ojos sonriendo junto con esta, ver como se acerca a mi y desear de corazón que seas tu, ver que la única aparente diferencia son vuestros ojos y ver como me mira con ellos.

¿Sabes? Me di cuenta de eso, de que sus ojos son más redondos, menos achinados que los tuyos... y hasta eso echo de menos, verte sonreír y ver tus ojos transformándose en dos medias lunas.

Pero en conclusión de todo esto, quiero decirte que te entiendo, que no pasa nada y que estaré bien. Se me pasará y estaré bien.
Siempre lo estoy... ¿no es así?

Te entiendo, ¿sabes? Yo tampoco volvería a alguien como yo, yo tampoco me esforzaría por alguien como yo.
Al fin de cuentas soy apenas una chica más, una chica torpe y desordenada que no entiende ni la mitad de sus pensamientos.
Al fin de cuentas, soy la misma chica que no sabe nada de historia ni de geografia (pero que aún te ganaba en las matemáticas).
Al fin de cuentas soy una chica como cualquier otra, con la única excepción que soy la única que te ama como yo lo hago: de esta forma tan torpe y desordenada, de esta forma tan mía.

Pero todo da igual porque todo es imaginación mía, quizás no se parezcan en nada y quizás sólo sea mi cerebro tratando de sabotearme la vida.
Todo da igual porque estas palabras escritas al azar no cambiarán nada, todo seguirá igual.

Te entiendo cariño, de verdad entiendo que te hayas ido y que te hayas dado por vencido, te pedí mucho y exigí que te esforzaras demasiado por alguien como yo.

Esperaba un milagro, una muestra genuina y gigante de tu amor por mi, un gran cambio. Pero sé que fui injusta porque jamás debí haberte pedido que cambiaras por mi.
Uno no cambia por cualquier persona y eso soy...

Solo quiero decirte, de todo corazón, que te entiendo. Que, cariño, no estoy molesta, yo tampoco hubiera cambiado mi vida o mi forma de ver la misma por alguien como yo...
Entiendo que seguro ya pasaste página y entiendo que cualquier otra chica que conozcas será mejor que yo.

Pero también entiendo que te amé de todo corazón y fuerza y espero que estés consciente de ello.
De verdad espero que jamás pienses que yo no te quise, que no te amé plenamente...

Pero lo entiendo, entiendo que no te merezco, entiendo que eres demasiado bueno para mí.

Y aún con todo este dolor en el pecho, este nudo en la garganta y esta piedra en el estómago: solo quiero decirte que fuiste y siempre serás lo mejor que me pasó en la vida.

Te entiendo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora