8:30 pm en algún lugar de esta ciudad esta yo, ¿qué si sabía dónde estaba? Obviamente no.
-¿Subes?
¿Qué si subo? No pensaba quedarme en la calle a esa hora. Subí por lo que vi eran departamento tipo residenciales. Después de subir un millón de escalones llegamos, es un departamento de lujo.
Se abrió la puerta, Bastian paso, me invitó a pasar. ¿Qué hago? No tenía ni la menor idea de que hacer, no sabía si pasaba o no, si pasaba tenía que atenerme a las consecuencias, y si no pasaba era darme un martirio del “hubiera”.
Así que intuición versus valores apareció. Le resumo la contienda ganó la intuición pasé. Quizá pienses lo típico era un departamento con cosas extremadamente de lujos, arte de lujo y cosas por el estilo, pues sí era eso.
Me senté el sofá, que era extremadamente suave como si los dioses del olimpo lo hubieran lanzado como un rayo. Mis pies estaban tomando una temperatura algo fría.
Bastian me dio un vaso de agua (yo pedí agua cuando me preguntó que si quería tomar algo), y como siempre hay algo que te llama la atención. Ahí estaba, como visión, la constelación de estrella que había visto en el sueño, todo en su respectivo lugar, pero la estrella que separaba lo ordenado de lo desordenado no estaba.
Mire a través de la gran pared de cristal y vi con cielo totalmente estrellado.
-¿Inmenso y hermoso verdad?
Aterricé en la tierra.
-Sorprendente. Dije con una reacción lenta.
-Me gusta ver mucho las estrellas, son un mapa que trato de codificar.
-Casualmente soñé con tu mapa de la pared de las estrellas.
Momento incómodo.
-Lo sabía
¿Lo sabía?, tuve que contarle todo el sueño y lo que sucedía cuando tocaba el lunar.
-¿Quieres mirar por mi telescopio?
No vi por qué decir que no así que acepte. Colocó el telescopio fuera de la pared de cristal, mientras yo seguía dentro mí teléfono sonó, era Lea preguntado donde estaba sólo le respondí: estoy bien, mañana te cuento.
Salí al balcón para ver a través del telescopio, Bastian le dio los últimos ajustes y me dio instrucciones para usarlo.
Mire por unos segundos y sentí algo tibio en mis manos, era él, no sé cómo conseguí no hacer nada estúpido y no quise prestarle atención pero era inevitable, lo mire, su cara estaba cargada de ternura parecía un ángel humanizado.
Nos quedamos mirando un segundo y alguien tenía que romper esa tensión y como ya se premeditarán si fui yo.
-Este de. . . tengo que irme, ya es tarde. Me retiré del balcón el más rápido posible y regresé a la sala, mire hacia atrás y vi que Sebastian coloco su mano izquierda en su cuello y su cara tenía un gesto de ¿Qué está pasando?
Cuando menos me lo espere estaba Sebastian en la sala.
-Perdón Christian, no era i intención. . .
(INTERRUMPO)
-No te preocupes. . . Sebastian. . . iré a tomar un taxi gracias por la vista a las estrellas.
-Espera yo te llevo.
¿Quién iba a aceptar que lo llevarán después de lo ocurrido?
-No, sólo llama a un taxi, enserio muchas gracias.
Llamó un taxi en menos de 5 minutos el taxi estaba ahí, baje del apartamento y alguien me vio.
Era Matías el chico de informática. . . Graves problemas, ahora estaría en boca de todos, todos pensaría que me había metido con el chico problema más conocido (eso creo).
Sólo subí al taxi, no me despedí y sin darme cuenta estaba graves problemas. Ahora el siguiente paso era saber cómo dar solución a mi reputación.
Mientras pasaban los minutos, seguía pensando en todo lo ocurrido, llegué a mi casa, eran las. . . ¡9:30!
No cené esa noche solo me cambié de ropa, revisé el horario de clases que era casi idéntico todos los días.
Dormí. Soñé y no les contaré que soñé. Aunque en verdad quiero contarles.
