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Después de una larga y dolorosa espera, lo encontré. Ahí estaba con su habitual estado de ánimo.

Yo me puse temeroso y tuve que pedir ayuda. Hace tanto que no me sentía de ésta forma.

Caminamos lejos, hasta donde solo él y yo pudiéramos estar. Sus consejos sirvieron.

Las cartas y el anillo que le había guardado, lo aceptó. Leyó todo, frente a mi. Debo admitir que me puso aun peor pero al mismo tiempo me dio esperanza.

Se probó el anillo. Lucía hermoso en su mano. Tuve pensamientos absurdos.

Y entonces me miró. Esos ojos que podían leerme sin esfuerzo, rodaron hacia mi con una compasión tal que me hicieron sentir me desnudo. Fue cálido e incómodo.

-Hobi, me alegra que hayas escrito esto para mi. El anillo me encantó, siempre quise uno. Pero... - Pausó para mirarme mas fijamente.

Mi garganta se secó. Mi corazón se sentía palpitar tan fuerte que por un instante pensé que saldría por mi boca y huiría. Le di pauta para continuar.

-No me gustan los chicos. Tengo amigos que lo son como tu, no me molesta, es algo muy lindo pero... No te veo de esta forma- Sonrió tímidamente.

Mis oídos retumbaron. Me quedé sin palabras. Él continuó.

-Eres demasiado valioso, has hecho cosas por mi que otros no habían hecho jamás. No quiero que te alejes. Y aun si lo haces, elige volver. Estaré ahí con los brazos abiertos para cuando me necesites- Continuó. Yo permanecía en silencio.

Eso es algo neutro a lo que había pensado. No lo esperaba. Accedí.

Pero lo que no sabía es que ese sería el comienzo de mi perdición.

Amor imposibleWhere stories live. Discover now