Mi destino eres Tu

Capitulo 5

Mire a mis padres, están uno de cada lado de la camilla y les sonreí, pero para mí buena suerte ellos no me correspondieron en cambio ellos solo se quedaron paralizados ahí, cuando en un instante me envolvieron en sus brazos y se echaron a llorar como un par de bebes.

-No sabes lo mucho que nos preocupaste- repetía mi madre aferrándome a ella

-Hija mía, hijita preciosa- no paraba de decir mi padre

Esas palabras eran medicina para mi corazón así que ni cuenta me di cuando mis lágrimas comenzaron a salir, yo solo me aferraba a ellos y ellos no paraban de decirme cosas lindas pero también me regañaban, en realidad ya no sabía ni lo que hacían, nos mantuvimos así hasta que el doctor entro nuevamente.

Aclaro su garganta –Perdonen la interrupción- volvió a aclarar su garganta –En unas horas se puede retirar a su casa- dirigiéndose a todos, claro hablando de mi –solo necesito que su...-

-Papá firma- Lo interrumpí rápidamente, recordando que el "señor Bieber" no era nada mío y si mi padre se enteraba me mataba, el doctor solo me miro mientras mi padre y mi madre veían y leían el papel que les mostraba el doctor aunque no sé porque más papeles, lo mire y le hice una de mis caras de inocencia que me salían de maravilla cuando me quería salir con la mía y el asintió como diciendo que entendía. Al firmar mi padre el doctor les pidió que nos dejaran solos para hacerme un último chequeo pero yo sabía que no era para eso.

-Está bien doctor- mi padre dijo y tomo a mi madre de la cintura para guiarla afuera

-Ahora regresamos cariño- luego mi madre me lanzo un beso y sonrió, ambos salieron y solo miraba al doctor que por su mirada estaba desaprobando mi situación.

-Señora... quiero decir señorita- tomo una gran bocanada de aire –En este hospital, ni en ningún otro se aceptan mentiras- me miro como queriendo entrar a mi cerebro y ver todo lo que pasaba en el

-Pero este es un caso especial, usted entro muy grave a este lugar, ese joven que supongo no es nada suyo- solo baje la mirada recordando que ni siquiera sabía su nombre y el doctor continuo –la cuido durante toda la noche, no se despegó ni un segundo de usted, de hecho las flores las mando a comprar porque él no quería irse, si me permite darle un consejo- me miro y asentí dándole a saber que podía –Búsquelo y agradézcaselo porque no cualquier persona hace eso- dio unas palmadas en mi hombro –Espero verla, pero no aquí porque no es nada agradable y espero no se repita lo sucedido, esto queda entre nosotros- me dio una pequeña risita y yo se la respondí , luego salió del lugar.

El señor Bieber fue muy atento conmigo por cuidarme y darme esta corona, es como si ya lo hubiera vivido, no se es muy raro todo esto, pero el doctor tiene razón tengo que buscarlo y darle las gracias, supongo debe de estar cerca no pudo correr tan lejos.

Busque y busque por todo el cuarto y unos cuartos después y antes del mío pero no vi nada, cuando este de salida preguntare en recepción su nombre.

Mis padres entraron a la habitación del hospital y me dijeron que nos podíamos ir, mi mamá me dio ropa que trajo para mí, me la puse y salimos de la fría habitación, en mis manos llevaba las flores que me dio mi "esposo", la corona y mis cosas del colegio. Casi a la salida les dije a mis padres que se adelantaran que iba al baño pero quería ir a recepción, mis padres se fueron y rápidamente me dirigí con la señorita que se encontraba tras un muy bonito escritorio en recepción.

-Disculpe- aclare mi garganta por los nervios de que mis padres se dieran cuenta –Ayer por la tarde entre al hospital por emergencias y me acompañaba mi esposo y un joven que no conozco no sé si podría darme el nombre del joven-

La señorita dudo un poco pero empezó a teclear en el computador

-No señora solo estaba registrado su esposo el señor Justin Bieber- me miro esperando mi reacción

-Supongo que la otra persona seria el enfermero o el doctor- hice una mueca y golpee mi cabeza como diciendo torpe – debí confundirme con ese golpe tan fuerte, pero muchas gracias hasta luego-

-Si hasta luego señora Bieber- dijo amablemente la señorita

Ese apellido me gusta suena muy lindo, ahora sé cuál es su nombre solo tengo que buscarlo, tendré que decirle a Ana y Lia cuando las vea.

El camino a mi casa fue duro por los golpes que tenía me dolía el solo movimiento pero también me sentía aliviada de llegar a mi casa. Cuando llegamos mi madre me dijo que me diera un baño y que tardara todo lo que quisiera, eso significa que puedo usar la tina y relajarme.

-Hija preparare algo para que comas- yo sonrei alegremente pues me moria de hambre.

-Sube, relájate, disfruta un buen baño, ponte cómoda y baja a comer algo pero no tardes demasiado queremos hablar contigo y la comida se enfría- mi padre siempre tan exigente pero está bien en este momento no quiero discutir ni hacer un coraje porque podría sentirme más mal.

Tome mis cosas y subí las escaleras de madera obscura, rechinaban un poco pero no tan fuerte como para molestar con su sonido, al entrar a mi habitación tire todo a la cama sin darme si quiera cuenta de cómo caía todo, fui directo a el baño, abrí la llave del agua caliente y de inmediato comenzó a salir, el solo sonido me relajaba, le puse algunas burbujas y sales aromáticas, saque toda mi ropa y empecé a introducirme en la tina llena de placer, mi cuerpo se estremeció ante la sensación pero poco a poco me acostumbre a ella hasta estar completamente sumergida solo mi cabeza salía, la relajación comenzó y mis dolores, angustias y todo lo demás se había ido,

Mis pensamientos estaban en blanco, hasta que la imagen de unos ojos grandes color miel inundaron mi cabeza, su nombre daba vueltas, su voz y su manera de sonreír, ese chico es especial y me cuido tengo que agradecerle, realmente tengo que verlo de nuevo.

Mi baño termino cuando escuche la puerta abrirse, era mi madre apurándome, solo estuve poco tiempo pero solo para mí porque mis padres decían que fue como una hora. Salí de la tina y me di una ducha rápida, me vestí lo más cómoda que pude y baje a comer ______________________ que me encantaba y mi madre solo hacía en ocasiones especiales.

Todos comíamos en paz y en silencio, así era desde que mi hermano se fue, siempre en la mesa se hablaba de lo bien que se portaba Marcus, de lo buenas calificaciones que tenía Marcus, de la carrera que estudiaría Marcus, bala bla bla Marcus, jamás hablábamos de mí, y si lo hacíamos era para compararme con mi hermano, lo bueno que era él y lo mala que era yo, mis padres decían que debía de ser mas como mi hermano, solo cosas así, por eso cuando se fue yo lo disfrute pero poco tiempo después no porque no tenía ni siquiera con quien pelear, después de un rato mamá comenzó a hablar de cosas sin sentido como la comida pero mi padre tomo la iniciativa y empezó a hablar...