De las cenizas

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No es tu culpa,
no eres los demás
Cierto,
puede que se vean parecidos
con unas cosas que ni pensar prefiero,
pero también encuentro diferencias,
lo que alivia esta impotencia,
dando esperanza a mi aliento,
con cada largo supiro.
que con fuerza suelto.
Me da la sensación,
de que me he chocado
con algo único,
preciado y atesorado,
El rubí perfecto,
en medio de tanto tesoro
y falso oro.
Una flecha de punta roja,
más certera que la de Eros,
volada al corazón, directo.
Impactando con gran precisión,
y más puntería que la de robin hood.
No me dio tiempo a esquivarlo,
y no me quiero estar desangrando,
pero me tienes agonizando.
Cada palabra tuya,
es una conquista
a una isla,
de cuagulos
de la sangre que fluye,
y que palpita por mis venas.
Eres un ave majestuosa,
que volaba libre,
desde luego,
con gran honor y ego,
noble y solitaria,
pero yo te prendí fuego,
dando chispa y pasión a esto,
iniciando la leyenda,
del pájaro en llamas,
que decidió guiar mi destino,
el que creía perdido.
¿Es esto una señal de aviso?
Debería seguir esa estrella fugaz que eres,
y acostarme contigo,
a contemplar el cielo del avismo,
las estrellas que salpican lo ya escrito.
Sería tan bonito.
Eres la pluma ardiendo,
que quema el papel escribiendo,
con esa letra tostada y curva.
En cursiva,
que simula mi sonrisa.
Eres una de las plumas
de mi atrapasueños,
protegiéndome cuando duermo.
Eres ese canto del sinajo
que acompaña mi grito.
Eres el rey blanco,
de mi reina negra.
Siempre hablas de peones,
de nobles y reyes,
pero la pieza que prefiero,
es el caballero,
que lucha por lo justo
y por su anhelo.
Te crees el amo del juego,
gobernante del tablero,
porque dominas los huecos negros
y te paras y disfrutas en los blancos.
Así es la vida.
Quieres enseñarme a reinar,
y a poder hacer un mate,
pero no dejaré que ganes
en mi terreno.
Conquistaré esto y el cielo.
Ya voy perdiendo el miedo,
y luchar debo.
Hablaré de amor,
porque me haces creer en ello,
o eso quiero.
Que me corten la cabeza por ti,
si eso.
Entregarte mi último pedazo
de corazón, quiero.
Sin miedo.

Poesías a una conocida desconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora