Esmeraldas en primavera

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Por fin me creía muerta,
deseaba estar marchita,
dejar atrás esas tonterías,
esos malditos y jodidos
cuentos de hadas,
que no son más que un mito
Sí, solo son cuentos.
Sé que nada es eterno.
No busques lo perfecto,
solo encontrarás descontento.
Por eso,
quería tener el corazón negro,
que todo en mi
estuviese podrido,
y que luz
no llegase a mis ojos.
A pesar de la sequía de mi cuerpo,
conseguiste avivar el fuego,
en medio de este tormento.
¡Maldita sea!
Otra vez el mismo cuento,
del que creía haberme marchado,
pero sus esmeraldas me cautivaron,
sobretodo el rocio
que perlaba
su mirada
y alcancé a admirar.
Enterneció mi ser,
blandeció mi parecer.
Quiero ser fuerte por él
y mi apoyo brindarle,
ofrecerle mis brazos y piel
para que se sienta bien,
porque su preciosa sonrisa iluminó,
mi maltrecho corazón,
haces de luz,
que en mi alma se reflejaron.
¿Cómo se puede encomtrar brillo
en la oscuridad ajena?
Y espero que solo sea un capricho,
porque sino
la he jodido.

Poesías a una conocida desconocidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora