Ojalá puediera apostar,
pero ver color no puedo,
ya que ciega estoy,
estoy daltónica,
y soy muy tóxica.
No es que no quiera volar,
pero me falatn la alas,
de las que cortaron las plumas.
Estoy paralizada,
sola y asustada,
en un negro mundo interior.
Hatada, encadenada,
trastornada.
Se ve,
que peligrosa soy,
Pero también he recibido daños,
por ello no confio,
aunque quiera,
de verdad.
Tengo un agujero negro en el pecho.
Un vacio enorme,
que nada me permite.
Cansada ya estoy.
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Poesías a una conocida desconocida
PoesíaMi trayecto, investigación y descubrimiento en la poesía continua.