Control.

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Desperte, menos mal el gerente de la tienda me dejo quedarme en su casa, despues de buscar un refugio esta era mi unica posibilidad para quedarme sin peligros, o eso creo; por ahora debo averiguar que pasa o intentar aguantar aqui lo maximo posible.

-Hola gerente- Dije saliendo del almacen oscuro donde tuve que quedarme, un colchón en suelo y algunas sabanas, la comida tenia que comprarla como condición de mi estancia ahí, igualmente estoy agradecido con el.

-Hola William- Dijo el gerente con algo de sueño mientras llenaba cuentas de lo que habia comprado en la semana para reabastecer la tienda.

-¿Qué tal se encuentra? Lo veo con sueño- Dije sonriendole aunque tenia una cara sombria, que con tan solo mirarme me asustaria de inmediato.

-Bien, estoy pensando en lo que pasa, ademas de hacer las cuentas- Voltea a mirarme -William, ¿Qué hiciste para meterte e involucrame a mi en todo esto?

-No lo sé, seguro que si se lo digo pensaria que enloqueci.

-William yo ya no tengo mucho que hacer en mi vida, solo observar como muero viendo hasta donde llega el fin el comienzo de un pais verdadero- Dijo tomandome el hombro -Me da igual lo que digas, no le dire a nadie.

-Esta bien- Sonrio -Asi comenzo todo, cuando fui al minimercado...

Despues de contarselo todo al gerente, ademas de estar sorprendido, se le aclararon muchas cosas, como el momento en cual volvi atras cuando me "atropello" el auto. Ahora siento confianza en el, un hombre de 61 años de edad, alguna que otra cana, y una camisa de botones roja con unos pantalones cafés, los zapatos negros de traje bien lustrados. Todo un hombre, en comparacion a mi, parecia una version moderna de ladron, 24 años, una chaqueta con capucha de color negro, una sudadera negra con lineas blancas a los costados y unos tenis negros. Parecia como si fuera a ir a un funeral, pero uno bastante raro.

-Te creo William- Sonriendo ante la juventud que me queda por delante- Tu futuro sera emocionante de seguro, espero resuelvas lo que pasa ahora.

-Adios Miguel.

Salí de la tienda con animos, ese hombre ya anciano por su aspecto, era el hombre más sabio que conocia, siempre me aconsejaba, aunque a veces sobraban. Me hubiera gustado quedarme más, pero tengo que irme para no comprometer su vejez.

Me fui del sitio y me fuí a buscar un sitio donde fuera seguro quedarme, pero ya se complicaba, cada vez que me asomaba en un hotel o algo parecido, habia un hombre de negro esperandome en la entrada; era posible que si lo noqueaba para librarme de él daria igual ya que de seguro ya involucraron a los propietarios de los hoteles. Lo que puedo hacer es irme a otro lugar, pero ya no tengo dinero para tomar transporte e irme caminando no es la mejor opción.

Despues de pensar, me di cuenta de que podia buscar a la hija de Miguel, ella ya tiene alrededor de 35 años, tiene un hijo que ya no vive con ella y se fue a vivir con la familia del padre. Fuí a ver si me daba un espacio para que quedarme allí, pero habia otro hombre de negro. Parecia que reconocian mis movimientos y los sitios donde siempre voy. Mis opciones son pocas y temo que me asesinen, pero aunque retorne de seguro tienen planes para averiguar como evitar que yo escape; me hacen sentir como una rata de laboratorio siendo monitoreada para observar mi comportamiento ante ciertas situaciones.

Salí a intentar noquear al hombre, pero cuando me acerque me tomaron por la espal...

-William desperto en un cuarto de su casa, se dio cuenta que era un sueño y se fue a cocinar el desayuno.

El Tiempo es Sólo una IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora