011

5K 215 31
                                    

HERA

—Otra vez, por favor. — Me pidió Kayce.

—No, ya lo he contado tres veces, la primera cuando has venido tú, la segunda cuando Ian ha entrado y la tercera cuando Steve ha venido con una bolsa asquerosa del Burger King. — Este último me miró mal. — Así que si no te has enterado yo no pienso volver a contarlo.

Levantó las manos en son de paz.

—Lo he entendido todo, pero lo que no comprendo es su comportamiento, ¿por qué Dragon se comporta así después de meses llenos de insultos?— Yo me encogí de hombros.

Les estaba contado mis últimos días de interacción con Dragon.

—A lo mejor lo hace como una manera de devolverte el favor. — Habló Ian. — Ya sabes, por dejarle dormir en tu casa.

—Si lo hiciera por eso ya se la hubiera llevado a la cama. — La miré con cara de asco. — No creo que Dragon sea el típico tío que hace favores por cosas así.

—A lo mejor está planeando algo muy fuerte, como robarte la casa. — Habló Ian.

—O Secuestrarte.— Habló Kayce.

—O Enamorarte.— Todos miramos a Steve, el cual comía su apestosa Hamburguesa indiferente. —¿Qué? Yo creo que eso es lo peor que podría pasar. — Rodé mis ojos.

—Dragon no intenta enamorarme, no es un chico fiel, tampoco sé si sabe querer a alguien.

Aparté la bolsa del Burger King porque me estaban provocando arcadas.

—No puedes pensar así de él, a lo mejor tiene más sentimientos de lo que pensamos. —Habló el gay, como si fuera un sabelo todo.

Todos rodamos los ojos.

—Si, por eso se acuesta con todas. — Puse una cara de asco ante mi propio comentario.

—A lo mejor busca su princesa. — Habló mi estúpida mejor amiga.

—Vaya manera de buscar a su princesa.

Esta conversación dejó de tener sentido en cuanto Steve entró por esa puerta.

—Además, ¿si intenta conquistarte cual es el problema?— Algunas veces pienso que Kayce siempre está borracha.

—Que es un maldito mujeriego. —Dije obvia.

—Eh, que yo soy igual.— Habló Steve y lo miramos con cara de 'No te comes ni una rosca'—La diferencia es que yo soy más dulce y por eso las chicas muchas veces necesitan más tiempo para pensar.

—No tiene sentido, si nos gusta alguien nos lanzamos. — Habló Kayce.

—No todas somos unas lanzadas. — Hablé indignada, no todas podíamos lanzarnos como si nada.

Esto se estaba convirtiendo en un debate más que en un consultorio sobre que había pasado con Dragon. Venia a pedirles consejos y me saltan con esto.

—Pues os perdéis muchas cosas. — Sacudí mi cabeza ante su comentario.

—Esta conversación se está saliendo totalmente del tema.

—¿Cuál era el tema?— En serio, borracha, a todas horas.

—Dragon y Hera. — Habló Ian golpeándola y yo le di las gracias con mis ojos.

—Ah, vais a terminar juntos y lo sé.

Dios, ya no voy a dejarla que vaya a la compra nunca más, seguro que compra botellas y las esconde en su cuarto.

Dragon © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora