016

4.4K 203 25
                                    

HERA

Hoy era mi cita con Matt.

No tenía muchas ganas de salir debido a lo ocurrido la noche anterior, pero a la misma vez quería olvidarme de eso y sobre todo de Dragon. Aunque hasta ahora todo eso fue imposible, mi noche fue una pesadilla. No pude dormirme hasta las 5 de la mañana por solo pensar en él y en sus labios, estaba ocupando toda mi mente y no era muy agradable, es más, me estaba hartando bastante y había jurado que la próxima vez que lo vea le romperé los huevos.

Y si, habrá una próxima vez porque justamente anoche me acordé de que una estúpida se dejó el bolso en el coche de un capullo. La noche en la que durmió en mi casa, esa misma noche.

Espero que no me haya robado, aunque solo tenía 10 dólares.

Ya estaba más que preparada para la cita con Matt, nos íbamos a ver en el centro comercial, íbamos a ver una película y después cenariamos algo. Fue mi idea y a él le gustó, ya no sabía si lo hacía por querer ligar o porque realmente le agradaba la idea.

Le pedí que fuéramos por separado debido a que no quería que Kayce lo empezará a matar a preguntas, siento que el pobre huiría del país por su culpa. Por eso le dije que en frente del cine sería nuestro encuentro.

—No entiendo porque no me dejas conocerlo, sabes que lo hago para ver si te conviene. — Rodé los ojos.

—Kayce, Matt me conviene, es un chico estupendo y no quiero que lo ahuyentes. — Me dirigí hacia el baño para mirarme una vez más.

—Puede ser un asesino en serie, ya sabes, de los que actúan muy bien.

—Cuando venga te haré un control de botellas en tu cuarto, como encuentre alguna me debes 20 dólares. — Ella se rió.

—No bebo desde... — Hizo una pausa y luego prosiguió. — ayer, si desde ayer. — Sonrió orgullosa.

—Eres idiota. — La golpeé y esta se quejó. — Me voy, dame un beso.

—Que te den. — Me dio un beso en la mejilla de mala manera.

—Yo también te amo. — Salí por la puerta antes de que fuera tarde.

De por si ya era tarde, pues le había dicho a las 6 y eran las 5:15, el próximo autobús no llegaba hasta las 5:30 así que ya iba con retraso teniendo en cuenta que el trayecto era como 35 minutos o 40. Le mandé un mensaje diciendo que llegara 10 minutos tarde y que lo sentía.

No me gusta llegar tarde a ningún lugar, creo que ya lo habéis podido observar atraves de mi exageración con las fiestas. Era así desde que tengo uso de razón, o eso creo, la verdad es que parte de mi infancia estaba muy borrosa.

Al final conseguí llegar cinco minutos antes debido a que hoy no había mucha gente que cogía el bus, lo agradecí porque así podía pasar por una pequeña floristería y comprar una flor. Si, compraba flores a mis citas, era algo que hacía, bueno no sé desde cuándo lo hacía.

Esperen la verdad solo recuerdo haberselo echo a una persona, pero no puedo recordar a quien. De repente mi cabeza dijo que no era una buena idea comprarle flores y decidí ir directa al cine.

¿Me acaba de dar un lapsus?

Como sea, al llegar a la puerta ahí estaba él con una sonrisa en su cara y claro con una pequeña Margarita en sus manos.

Odiaba las margaritas.

—Hola. — Me saludó con una sonrisa y yo se la devolví. — Estás preciosa.

—Hola y gracias. — Le sonreí torpemente.

—Esto es para ti. — Me entregó la margarita y puse cara de agrado, o más bien lo intenté.

Dragon © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora