Una noche royal

Capítulo 9

Contengo la respiración mientras Víctor nos observa a ambos con una sonrisa socarrona en los labios, estoy tensa y más que nerviosa por ser atrapados, mi mente piensa en miles de situaciones donde me veré rindiendo cuentas ante la ley por estar en el palacio.

—Yo uhm... —la voz de Jaxon es temblorosa y noto que traga con fuerza antes de aclararse la garganta e intentar a hablar nuevamente—. Por favor, no le digas a nadie de esto ¿sí? No quiero tener problemas.

Suplica. Una sonrisa socarrona aparece en los labios de Víctor, quién ríe a secas.

—¿Y qué te hace creer que voy a hacerte un favor? —pregunta cruzándose de brazos y enarcando sus cejas en nuestra dirección—. No me gustan las mentiras, sobre todo cuando se trata de mentirle a la reina, además, sabes muy bien que no se permiten invitados en el palacio sin autorización de la reina y estoy seguro de que ella aun no conoce a tu amiguita, ¿o sí?

El timbre de voz que está usando, me resulta intimidante, hay cierto reproche en sus palabras, lo que deja en claro su disgusto por la situación. Me permito observarlo bien, es solamente un par de centímetros más alto que Jaxon, tiene una complexión delgada, cabello negro y ojos marrones, no conozco a todos los miembros de la realeza, pero me parece que lo había visto en algún canal de televisión ofreciendo un discurso.

—Vamos, Víctor. Sé que sueles mentirle a la reina a veces.

Dice Jaxon convencido de sus palabras, lo que deja un mal sabor de boca en Víctor al ser contradicho. Con una expresión seria, camina lentamente hacia nosotros, deteniéndose a un par de centímetros de distancia. 

—Quizás podría hacer una excepción —inquiere encogiéndose de hombros—. Podría omitirle esto a la reina, pero antes, quisiera saber quién es la jovencita que viene contigo, me parece que jamás la he visto, ¿es una nueva amiga tuya?

La sonrisa socarrona que se forma de vuelta en su boca me hace sentir incómoda y veo que el cuerpo de Jaxon se tensa a mi lado, hay cierto disgusto en el príncipe y le toma un gran tiempo contestar la pregunta.

—Me temo que eso no es de tu incumbencia.

—Pero sí será de la reina, ¿no? —cuestiona Víctor, llevándose sus manos a los bolsillos de sus pantalones—. Te recuerdo que estamos en el palacio, cualquier acto sospechoso debe de ser reportado a la reina y...

—Conozco bien el protocolo, no necesitas mencionármelo. —lo calla Jaxon de inmediato—. También te recuerdo que la reina solo permite estar en el palacio cuando hay un asunto importante que tratarse con ella y dadas las circunstancias, estoy seguro de que tú no tienes un asunto importante que hacer en el palacio ya que la reina no está.

Víctor se tensa en su lugar y consigue recuperar la compostura segundos más tarde, optando por una expresión seria, la repentina contestación de Jaxon lo ha tomado desprevenido.

—Mis asuntos tampoco son de tu incumbencia —dice incómodo, nos da una última mirada a ambos—. 

—No lo sé —dice pensativo—. ¿Acaso no nos ha dicho la reina que las visitas en el palacio están estrictamente prohibidas? Sabes muy bien que nadie entra, así como si nada al palacio, mucho menos sin una invitación por parte de la reina, conoces las reglas.

El cuerpo de Jaxon se vuelve a tensar al igual que el mío.

—La reina no está aquí.

Suelta a modo de defensa, Víctor hace una mueca.

—Lo sé, está en Francia y volverá en unos días, estoy enterado de eso —dice rodando los ojos—. Pero el que no esté aquí no quiere decir que no pueda enterarse de esto, ¿verdad?