Capitulo XIV. Şehzade Mehmet y una nueva cazadora

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Unos días después...

Suleiman no pudo retrasar el inicio de su campaña y así fue como tuvo que irse de la capital para liderar la campaña contra Belgrado dejando a su esposa inconsciente aun por el atentado que sufrió. Su madre, Hatice y Mustafá lo observaban desde la Torre de Justicia y la gente se aglomeraba en la puerta del palacio para ver a su sultán partir.

-Mis sultana, príncipe- dijo Daye entrando muy feliz- Hurrem sultán acaba de despertar.

-Gracias a Allah, vamos a verla- dijo la Valide

-Gracias a Allah, vamos a verla- dijo la Valide

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Belgrado era caracterizada por ser unas de las fortalezas más importantes de Europa. Era la que protegía al cristianismo del Islam y del ataque de los turcos, ni siquiera el sultán Mehmet, el conquistador logro atravesarla y eso hacía que muchos visires y paşas dudaran del sultán y de su capacidad cuando les anuncio que ese era su primer objetivo.

Una noche inolvidable para la historia, el sultán mando a prender los cañones y destruyó la fortaleza, los habitantes del castillo tuvieron que huir por pasadizos de este, ya que cuando los jenízaros ingresaron destruyeron y mataron todo a su paso.

Ya a la madrugada los prisioneros y habitantes de la cuidad fueron obligados a arrodillarse frente a un trono ubicado en la plaza del lugar. Donde ingreso el sultán y les dijo.

-Desde ahora yo seré su sultán, séanme fieles y no les pasara nada. No se preocupen que yo garantizare su seguridad y la de sus familias. Todos se sintieron un poco más tranquilos y el sultán suspiro satisfecho, ya habían pasado ocho largo meses y extrañaba a su familia, a su hijo y a Hurrem. Nasu efendi y Ibrahim se encontraban a su costado, junto con el gran visir todos los paşas. Leo también se había ofrecido a ir con el sultán y él hubiera aceptado si no fuera por el incidente que paso con Hurrem.

-Prepárense señores, regresamos a casa

-Prepárense señores, regresamos a casa

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Suleiman y la cazadora de Diana ||L E N T O||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora