Parte 4

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- 4 –


Había muchas cosas que ponían de mal humor al pelinegro, pero solo el no dormir era capaz de hacerlo gruñir de esa forma.

Jin sabía que estaba siendo algo duro, su pobre ayudante termino yéndose antes por agotamiento. Había pasado la mañana entera preparando su set y el modelo que habían contratado para la revista había llegado tarde, para colmo, la estilista no apareció y la sesión debió posponerse luego de que el equipo creativo de la marca encontrase su concepto algo "tosco".

Definitivamente no estaba de humor, por eso, cuando salió de allí fue directamente a su piso y cancelo todo. Estaba pensando en irse directo a la cama y esperar que el siguiente día fuera mejor.

-¡Vecino!- apenas había puesto un pie fuera del ascensor cuando la irritante voz de su vecino, Jackson, llego a él.

-ahora no Jackson- camino hacia la puerta de su departamento viendo al mayor parado junto a ella, quería evitarlo, pero su presencia era dominante.

Jackson aclaro su garganta mientras Jin sacaba las llaves de su bolsillo y abría la puerta, evito verlo o hacer algo que le diese a entender que estaba prestándole atención, pero aun así el mayor lo siguió dentro de su departamento cuando entro.

-¿Mal día?

-el peor de todos- camino hasta la isla de cocina que dividía el comedor de la cocina, este era un modular oscuro, de madera de roble, ancho de al menos dos metros que le llegaba hasta por encima del estómago. Apoyo sus brazos sobre la superficie de cerámica viéndose resignado- no puedo lidiar con vos hoy.

-tranquilo Jin- cerrando la puerta se encamino hacia él deteniéndose al otro lado del modular- déjame alegrarte la tarde.

-no empieces- con una sonrisa sin diversión se apartó dando algunos pasos hacia la mesada tras él – no quiero oírte ahora, en serio, no necesito esto.

-estas muy tenso Jin, creo...que necesitas relajarte- Jackson rodeo la isla con la vista clavada en él, Jin lo conocía, estaba al acecho, y su pésimo humor no le iba llevar a nada.

-ni lo intentes, no pasara amigo.

Sin decir nada Jackson se le acerco, se puso delante suyo y lo sujeto de los hombros masajeándolo suavemente. Jin quería negarse, pero las manos del mayor se sentían tan bien sobre su cuerpo que no pudo evitar cerrar sus ojos y relajar un poco sus músculos.

-eso es, relájate- lo empujó hacia adelante y se movió tras el menor haciéndolo avanzar hacia la isla. Volvió a masajear los hombros del menor, esta vez asegurándose de poner un poco de presión en sus manos. Jin gimió débilmente, el mayor no creía que este supiera lo que estaba haciendo, pero el sonido era tan relajante como excitante- así es, relájate.

Sintiéndose confiado bajó sus manos masajeando sus omóplatos con deliberada lentitud, sus dedos poniendo presión en los puntos correctos. Jin se recargo sobre el modular poniendo ambas palmas abiertas sobre la cerámica, se sentía realmente bien. Sintió las manos de Jackson bajando hasta su espalda baja y subiendo con fuerza y presión constante, eso era liberador.

-sí, ahí- dejo caer sus hombros y sintió aquellas manos expertas recorrer sus brazos para luego volver a subir y presionarse en su espalda- no había notado lo mucho que necesitaba un masaje hasta ese momento- se siente tan...bien- soltó con un suspiro cargado de placer.

-¿Lo sientes? La tensión se va, tu cuerpo esta relajado ahora ¿Verdad? – El menor no noto como la voz contraria había bajado a casi un susurro, Jackson estaba tras él, su aliento rozando su oído- ¿Queres relajarte aún más?

Quítate la ropaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora