⇨Capítulo 01⇦

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Pará de moverte

Luna no paraba de moverse, daba vueltas en circulos. Matteo seguía vivo, todo lo que le había dicho la policía era falso. ¿Al menos lo habían buscado? Esa pregunta atormentaba a la castaña.

-¿Puedes parar de moverte?-pidió Simón, organizando algunos papeles que le quedaban sueltos. Algúnos de esos papeles eran casos sin resolver.

-No puedo-aclaró la vastaña sin para de dar vueltas, mordiendose las uñas como si pudieran quitar su estrés.

-Sí que puedes-Ámbar tomó los hombros de la castaña haciendo que se tranquilizará un poco. Cuando vió que ya se habia calmando la solto, y Luna empezo a dar vueltas sin parar.

-Bueno fue lindo mientras duró-habló el moreno continuando con lo que hacía. La rubia en cambio rodó los ojos, al notar que la castaña no se iba a detener hasta encontrar a su querido novio.

-Chicos tengo que hacer unos trámites, no destruyan la casa mientras yo no estoy-advirtió Juliana antes de irse del lugar, cerró la puerta detrás de ella y emprendió su camino a la lujosa ciudad de la cual ninfuno de los que vivían en la casa desearía ir.

-Entonces Matteo, ¿vivo o muerto?-comprobó Gastón sin dejar de mirar la consola en la cual ya iba a ganar un nuevo récord. Pero derrepente sintió un codazo que hizo que perdiera la partida, y miro de forma fulminante a Nico, que fingía no haber hecho nada-¿Qué te pasa que no ves que iba a ganar?

-Sí, pero hay gente que esta analizando la situación-interactuó Nico haciendo un ademán con la cabeza señalando a Luna

-Cállense, que no ven que Luna está mal-añadió Ámbar regañando a los contrarios que sólo rodaron los ojos-
-, ¿y aparte donde esta Emilia?-ahora fue Simón el que pusó los ojos en blanco.

-¿Acaso estás sorda? Se fue al bosque idiota-rechistó el castaño, quien casí le tiraba el papeleo a todos los presentes, Gastón se alejo un pco de Simón ya que le empezó asustar.

-Yo también voy a salir-enunció Luna para irse de la casa, y dar un largo suspiro y adentrarse en el pequeño bosque.

***

Emilia estába sentada en una de las ramas del arbol, tenía tanta cosas en su cabeza, tenía puestos sus audífonos a todo volúmen. Matteo era una persona muy importante para ella más de lo que los demás pensaran.

«Un castaño besaba a una rubia, esta le seguía sin importarle las consecuencias de que ellos dos estuvieran juntos.

-¿Ya le dijiste a Luna?-interpretó la rubia acariciando el cabellos despeinado del castaño.

-No Emilia, pero te prometo que lo voy hacer-"Promesa" la unica palabra qye odiaba Emilia, pues nadie cumplía con sus promesas.

-Matteo tienes que decirle-aclaró Emilia mirando al italiano, este vió por un momento el suelo-, no me digas que aún te gusta-Matteo asintió levemente, y Emilia se separó rápidamente del abrazo que tenia con el contrario-. Cuando por fin le dejes todo claro a Luna, hablamos»

Emilia frunció los labios al recordar aquel día, tal vez fue un poco dura con aquel italiano, ¿pero en que estaba pensando? El estába utilizando a su mejor amiga, y ella dejo que la engañara con ella misma sólo por un capricho. Empezó a bajar de rama a rama, hasta por fín tocar el suelo, y se consiguió con la persona que menos esperaba, Luna.

-¿Emilia estás bien?-comprobó la de terminaciones rubias mirando a la de ojos cafés.

-Sí estoy bien-alegó la rubia caminando de vuelta a la casa donde vivían todos-¿Por qué preguntás?

-Es que quería saber sí tenías información sobre Matteo-Emilia paró en seco cuando escuchó el nombre del italiano. No investigó lo suficiente como para decír qu podría obtener algo de información segura.

-Tenemos que volver a la casa-Luna asintió con seguridad, y la siguió.

***

Llegaron a la casa sin decir nada, no querían llamar la atención de nadie, Emilia fue directo a su habitación y paró a Luna cuando ella la estaba siguiendo, no le gustaba para nada que la vieran trabajar era algo incómodo.

-Tranquila yo te aviso cuando tenga información-avisó la rubia cerrándole la puerta en la cara a la castaña.

Recordó que se encontró con Matteo en la librería, estaba comprando un libro de criminología, cosa que era común en él. Se le prendió la bombilla, las cámaras de seguridad estaban por toda la ciudad, otra razón por la cual vivían en un bosque. No podían dejar se ver como cualquier ciudadano. Fue a su computadora y empezó a hackear las cámaras de seguridad para poder encontrar la nueva residencia del italiano. Encontró el momento justo en donde cuando lo consiguió en aquellla librería empezó a seguir sus movimientos, hasta que vió que se quedo en una casa de tamaño regular llagando casí al límite de la ciudad.
Guardó la dirección en una libreta ya tenía toda la información para poder conseguirlo, y cuando lo haga Luna se podrá sentir mejor, y podría retomar sus casos.

Se arregló tenía que cambiar un poco su apariencia natural para poder pasar desapercibida para los ojos de los demás. Cuando terminó salió de su habitación sin hacer tanto ruido para no llamar la atención de sus compañeros, tocó la puerta de Luna no se escuchó nada a lo que frunció el ceño, pero volvió a tocar se escuchi através de la puerta como se caían algunas cosas, seguro que se había dormido, era lo más seguro, se abrió la puerta dejando ver a una Luna adormilada.

-Arréglate que tu novio te espera-a Luna instantáneamente se le formó una sonrisa. Cerró la puerta y empezó a cambiarse.

Emilia bajo las escaleras de una forma rápida, sacó su celular del bolsillo y empezó a ver las fotos que tenía guardadas sonrió inconciente al ver aquellos recuerdos guardados.

-Lista-bajo Luna mirando a su amiga, quien sonrió fueron directo a la puerta, la cerraron cuando salieron de la casa y empezaron a caminar directo a la ciudad, no era un lugar que le gustará a las dos, tenían malos recuerdos de allí, pero si podían conseguir que Matteo volviera con ellos otra vez, el camino era largo pero ellas no se daban cuenta, siempre hacían una caminata diaria por el bosque. Empezarán a ver la luz prepotente de la ciudad, una sonrisa involuntaria salio entre los labios de la castaña, volvería a ver a Matteo.

Llegaron a la ciudad, lo bueno era que la nueva casa de Matteo estaba cerca del bosque. Estaban a sólo una cuadra de llegar a la casa de Matteo, sólo una cuadra para que Luna pueda ser feliz con su novio, sólo una cuadra para que Emilia sienta culpa otra vez.

-Ya llegamos, vamos toca el timbre-Luna empezó a temblar, ya no estaba segura de si quería volver a ver a Matteo.

-No, no puedo hacerlo-su dedo se alejo del timbre pero su brazo fue tomado por la mano de Luna, para que le diera al timbre de una buena vez.

Döppelganger ⇨Lunicio⇦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora