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⇨Capítulo 04⇦

Esgrima

Benicio se fue directo a la mesa que se encontraba Luna, enta sonrió nerviosa al ver la sonrisa ególatra.

-Ya va... Tú eres la chica que me preguntó por un Mattias-Luna sonrió más nerviosa de lo que estaba.

-Es Matteo, no Mattias-corrigió la de ojos verdes.

-Nah, es lo mismo, ¿y lo encontraste?-Luna bajo la mirada al escuchar aquel comentario que hizo el que se parecía a su prometido.

-Bueno, el ya no está vivo, sí se puede decír así-entristeció la castaña, el italiano bajo la mirada triste.

-Mi más sentido pésame.

-Gracias.

-¿Sabes? No entiendo el «por qué» te pones triste, sí alguien muy importante para tí murió-consideró el castaño-, pero eres bonita tienes unos hermosos ojos, seguramente hay alguien que le encantaría salir contigo-la de terminaciones rubias se ruborizo por el comentario del italiano, le recordó todas las veces que Matteo le decía que sus ojos eran hermosos.

-Eres muy amable, pero no creó poder salir con alguién,después de eso-el semblante de Benicio se enterneció, al escuchar aquella frase.

-Bueno, no le digas a la chica linda que esta al frente mío pero le quiero invitar a una cita-la castaña rió por su comentario Benicio.

-Bueno dile al chico qu esta en frente de mí que estoy libre el jueves en la tarde-el castaño rió, pero se incómodo cuando ña chica le agarró su bolígrafo, tomó una servilleta y allí escribió su número, y sú nombre porque no recordaba haberle dicho su nombre, Luna salió del lugar, y ke dió una propina, le causaba risa el chico pero sabía perfectamente que eso ers algo que hacían en aquella cafetería.

***

Benicio estaba llegando a su academia de Esgrima, pero no se había dado cuenta de que estaba siendo perseguido por una rubia de unos ojos cafés, al ver que entró en aquel edificio, ella lo siguió hasta la entrada.

Vio que fue al baño de los chicos, ella ahi no lo podía seguir así que entró al baño de las chicas, de ahí estaba a punto de salir una chica de cabello rubio, pero Emilia la golpeó y se llevó su ropa y la encerro en un baño. Busco en su bolso una peluca que se pareciera lo más posible de su cabello, se puso los guantes y la máscara. Salió del baño encontrándose con Benicio.

-Hey Yam, no importa que seas mujer te voy a destruir-avisó Benicio.

-¿Qué?-preguntó Emilia haciendo una voz más agudas.

-No me digas que se te olvido nuestra competencia te voy a destruir-habló el castaño.

-Claro que no, sólo que quería saber si tu estabas pendiente de nuestra competencia-se excusó la rubia.

-Ajá, y ¿qué le pasa a tú voz?

-Es que estoy enferma, pero no significa que no te podre vencer-el castaño chocó su puño con la de la contraria aúnque el no podia ver su cara por causa de la máscara, pero esta ño miró extraño cuando hizo aquella acción.

***

-Delfina, necesito que secuestres a esta persona-le señaló Gary mostrándole la foto de una chica rubia-, se llama Emma, frecuenta a un bar Jam and Coffe, y aunque Matteo nos dió varias pistas no nos dijo nada acerca de su ubicación.

-Esta bien, ¿pero ella sabe su ubicación?

-Claro que sí idiota, y aquí tienes un suero para cuando la vayas a desmayar-informó a la de cabello oscuro-, lo hizo Michel.

-Ajá-tomó el suero que le dió Gary.

Delfina odiaba cuando Gary hablaba de Michel, «Michel esto», «Michel aquello». El no trabajaba nunca se tuvo que ensuciar las manos con sangre y aún así se cree el mejor del lugar porqué viajo por todo el continente, eso a Delfi le parecían puras patrañas y mentiras del azabache.

***

Una rubia caminaba sola por la calle a altas horas de la noche, su novio la había dejado plantado de nuevo por culpa de su nuevo disco.

-Los chicos sin lo peor ¿verdad?-inquirió una voz femenina.

-No se de lo que hablas-retrocedió asustada la rubia al ver cómo la de pelo azabache se acercaba más y más a ella. Y se asustó más al ver como sacaba una inyección con un resplandeciente líquido verdoso. Se tensó cuando sintió la aguja traspasarse por su piel delicada.

-Tranquila no te matara-se quedó asustada pero después se empezo a relajar hasta dormirse-, aúnque enrealidad lo desees-hizó un un guiño mientras la rubia perdió el control de sí mísma.