⇨Capítulo 02⇦

241 17 7
                                    

No era él

Abrió un castaño de aspecto italiano de lejos sr parecía a Matteo pero sí se fija bien habían varias diferencias los ojos eran los mismos, el cabello no era de rizos como el de Matteo, se parecían demasiado, pero no era él.

-Disculpen, ¿buscan a alguien?-preguntó el castaño mirando a las chicas con una pequeña sonrisa ególatra.

-¿M-Matteo?-inquirió Luna mirando al chico, esperando que fuera él.

-Creo que se equivocaron yo soy Benicio-aclaró el castaño, cuyo nombre era Benicio.

-Perdón nos equivocamos, disculpa la molestia-se despidió alejando a Luna del chico con el cual ella casí se desmayaba. Emilia estaba casí segura de que aquel chico de sonrisa arrogante era Matteo, escuchó un leve sollozo bajo la mirada y vió como Luna tenia la mirada gacha.

-¿Por qué hiciste eso?-interrogó Luna a Emilia, ella se tensó y miro a la castaña cob mucha pena-¿Por qué me hiciste pensar que estába vivo?

-Hey no es toda mí culpa, bueno en parte sí-interpreto la rubia mirando a la castaña-es castaño, italiano, y tiene un pésimo gusto en camisa, son dos gotas de agua-aclaró la rubia bajando ls mirada, no podía creer que se había equivocado.

-No es normal ver gente muerta ¿viva?-Emilia sintió su mundo caer ¿Luna acaba de aceptar que Matteo estaba muerto? Eso era más imposible que ver a Simón sonriendo.

Emilia frunció el ceño-¿Qué quieres de decir?-Luna no pudo aceptar que Matteo estaba muerto, ella era la que llenaba de esperanza a todos en aquella casa-Tu... Yo se que sigue vivo.

-No, no lo está, te equivocaste y yi igual-la voz de Luna se apagaba como si ya no pudiera tener esa luz que siempre poseía.

-¿Vas a la casa?-Emilia sentía que el ambiente que rodeaba a ambas se hacía cada vez más pesado como sí estar a su lado le provocará malestar.

-No, voy a ir al café-enunció la pequeña castaña, la rubia asintió levemente, y se fue alejando hasta que la castaña la perdió de vista. Se puso sú capucha, ya que se notaba que pronto iba a llover, su día no podía ser peor.

[...]

Emilia cerró la puerta de un portazo haciendo que todos se alarmaron, todos excepto Gastón que estaba concentredo en su videojuego.

-Hey, ¿qué ocurrio? ¿encontraron a Matteo?-Emilia pasó de largo a Ámbar y fue directo a la oficina de Juliana. Entró y se sentó al frente de la mesa, Juliana se extraño verla con la cabeza agachada.

-Perdí mi caso-balbuceó la rubia, sin mirar a la cara a su superiora, Juliana empezó a reírse, Emilia se extraño, esperaba un sermón, o algún castigo por jugar con los sentimientos de todos-, ¿Qué le causa tanta gracia?

-Me da gracia, que al fín te vayas dado cuenta de que no siempre vas a ganar todos tus casos-Juliana tomi un sorbo de su café-, pero me puedes repetir, ¿cómo era el falso Matteo?

-Alto, con un pésimo gusto en ropa, cabello castaño corto, y tenía apariencia italiana-la rubia explicaba la apariencia de aquel falso Matteo.

-Puede que se su Döppelganger-la rubia, se quedó unos momentos en silencio esperando que la contraria explicará-, sólo hay siete personas parecidas a tí, y tienes un diez por ciento de conocerlo.

-Entonces piensa que el Matteo falso es un Dop... Duper... Lo que sea que hays dicho-inquirió Emilia alzando una ceja.

-Sí, y quiero que lo investigues podría servir para dar con el paradero de Matteo-Emilia asintió-, puedes retirarte-la rubis salió de la oficina tendría que encontrar al Matteo de verdad cueste lo que cueste.

***

Una castaña revolvía el batido, que le habían servido, no tenía una buena cara y no parecía que se fuera a sentir mejor en varios meses. Uba camarera rodó los ojos, su compañero había faltado para cuidar de su padre, y ella tendría que escuchar los melodramas de todos sus clientes, cosa que ella odiaba, pero su compañero fue tan egoísta que la dejo sóla.

-Hola soy Nina, ¿te sentís bien? Es la primera vez que veo a alguien triste comiendo papas fritas-mintió la camarera, había visto esa escena millones de veces, aunque la mayoría de las chicas lo hacían para tener una cita con su compañero.

-No muy bien, mi prometido murió-la castaña fingió pena, si era triste, pero a la de ojos cafés que le debía importa lo que uns niña mimada pasaba-, y aún me cuesta asimilarlo.

-Bueno, no te puedo decir que lo superes porque sera difícil y no te voy a mentir, pero deberías pensar en que le va a gustar "que lamentes su perdida" ó "que sigas con tu vida y conocer gente nueva"-explico Nina sin despegar la mirada de los ojos verdes que se posaban sobre su mirada-, yo no soy muy buena en ésto, pero si querés podes venir mañana, seguro mi compañero viene y te puede ayudar-la de terminaciones rubias sonrió amable, después de lo que le sugirió la castaña.

***

-Pronto volverás a ser uno de nosotros Matteo-un señor rubio, tomó la cabeza del castaño, quien estaba inconciente-,¿tienes listo el suero?

-Si dicta... Digo, jefecito-abrumó un azabache, acercándose a su jefe.

-Perfecto.



Döppelganger ⇨Lunicio⇦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora