Un casi beso [Nico]

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Y aquí estaba, a punto de besar a Noah, a punto de mezclar mis labios con los suyos, debo admitir que mi corazón se había vuelto loco por como latía , era una presión y yo iba por todo, sin importar las consecuencias, en verdad quería besarla nuevamente. Su respiración entre cortada chocaba en mis labios.

— Nico. — susurró. Tenerla cerca a como estaba en ese momento era un gran reto para mi, porque mi mente decía "detente" mi corazón "Hazlo" y mi reto en si, era tener fuerza de voluntad.

— No.—Noah se apartó  de mi. Lo que pudo haber sido un beso el destino lo estropeó, ¡otra vez!

Pero podía notar como Noah estaba nerviosa, me atrevo a decir que ella muy en el fondo quería besarme a juzgar por la manera en que lamía sus labios , en que miraba los mios ¿eso que más podría significar?

—Lo siento Nico.— musitó  avergonzada.— La atraje a mi en tal forma que nos miramos sin decir ni una sola palabra y chocamos suavemente nuestras frentes.

— Por Dios Noah , ¿qué somos?
—pregunté con un poco de frustración y a susurros.

Ambos nos quedamos estáticos aun sin separar nuestras frentes y callamos todo en un suspiro.
Me separé de ella y aun seguía colorada.

Si no podíamos estar juntos como yo deseaba, volvería a ser su amigo, así que intenté volver a mi papel principal.

— ¡Eres un Tomate! tienes las mejillas rojizas ¡a que te sonrojaste enana!
—dije burlándome de ella.

Quería bajar un poco la tensión del momento, aunque me gustaba ver como sus mejillas se sonrojaban con solo el hecho de tenerme cerca.

— ¡Ugh! ¿Qué dices?, ¡es por la alergia!— se defendió tocando sus mejillas. Noah padecía de alergias raras , le daba alergia el sol, el calor, el polvo, es decir a Noah todo le daba alergia menos los gatos  ¿que ironía no? pero sabía diferenciar la alergia , de estar avergonzada. 

— Bien, es la alergia.— reí por lo bajo.— Pronto ella comenzó a pegarme en el brazo y yo hacía lo mismo pero con el doble de fuerza.

— ¡Auch! ¡Grosero!—Dijo chillando.

— Tu empezaste primero.— apreté sus mejillas.

Pronto alguien se acercó a nosotros y alcé la mirada para ver ni más ni menos que a Leo. Noah se levantó de la acera para saludarlo.

— ¿Hermosa estás bien? No respondiste mis mensajes.— Leo besó su frente.

Ver esa escena me dolía, me dolía darme cuenta de que por mi estupidez, Noah no estaba conmigo.

—¡Rayos! No he respondido a las chicas. —dijo dándose un sape en la frente.

Pronto Leo abrazó a Noah y no me quedaría para ver este show.
Me levanté de la acera , sacudí mi pantalón y me acerqué un poco a Noah.

—Bien, me voy Noah , espero te recuperes y cualquier cosa llámame.  — Dije con una pequeña sonrisa.

— Gracias por visitarme Nico.— sonrió y me entregó mi chamarra.

Comencé a caminar con las manos dentro de los bolsillos de mi chamarra. Hacía un frío agradable , no quería ir a casa aun, así que decidí visitar a Stefan.

Al llegar a su casa toqué a la puerta, pasaron unos segundos y Stefan abrió con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¡Sabía que vendrías! —nos dimos un apretón de manos.

— ¿Cómo sabías eso, brujo?—dije elevando mi ceja.

— Entra entra , ya hablaremos.

Entré a la casa de Stefan y me senté en el sofá.— ¡Ponte cómodo amigo! — gritó desde la cocina.

¿Qué somos? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora