Prólogo~

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Aviso: contiene spoilers del manga hasta el capítulo 169.

Jirou empieza a darse cuenta de que tal vez le guste Kaminari.

Si alguien le preguntara desde cuándo empezó a mirar a Kaminari Denki de manera distinta, ella diría que fue desde el Festival Cultural. Y la principal razón para ello era que, hasta entonces, había subestimado enormemente a su compañero de clase.

Siempre le había llamado la atención (más que llamar la atención, el chico le parecía muy divertido y creía que su kosei era genial. Además, le gustaría tenerlo durante un día para poder ver qué se siente cuando se le cortocircuita el cerebro*) y, de todos los chicos, era con el que más se relacionaba, aunque ni ella sabía exactamente por qué. Simplemente se le hacía fácil hablar con él y el chico siempre parecía tener algo que decir. 

Y a ella le parecía bastante guapo.

Jamás le diré eso a la cara.

Pero entre que era un idiota y un pervertido (todavía no entendía cómo podía pasar el tiempo con Mineta), nunca se había fijado en el rubio realmente. Hasta que el muy estúpido empezó a animarla y a elogiarla por su supuesto talento musical. Él apenas había visto su habitación una vez y sin embargo la recordó y le dijo que le parecía genial. (A pesar de que la primera vez le dijo que le parecía poco femenina, lo que solo hizo que sus inseguridades aumentaran. Pero a ella le gustaba su habitación así y, si lo pensaba bien, Kaminari no lo había dicho como algo realmente malo.)

A Jirou no le gustaba enseñar mucho su pasión por la música porque sentía que se entrometía con su verdadera vocación: ser un héroe. La música es algo muy importante para ella, pero necesitó que todos sus compañeros y toda la UA cantaran y bailaran con ella para dejar de pensar que no podía hacer las dos cosas y que los músicos pueden ser héroes a su manera.

Además, ella es bastante tímida con ciertos temas.

Kyouka lo sabía y desearía ser más como Mina o Tooru, que siempre dicen lo que piensan y saben cómo hablar con todo el mundo, sin vergüenza. Pero no es tan fácil cambiar tu forma de ser y a ella no se le daba bien fingir esas cosas.

Por eso, cuando Kaminari le dijo que era "genial que fuera tan buena con los instrumentos" y le dirigió una gran sonrisa, se quedó muda. Kaminari  también se había dado cuenta de que ese día había estado algo triste por todo ese tema (que, por cierto, lo había empezado él al decirle a todos que su hobby era genial) y la intentó animar diciéndole eso; Kyouka quedó impresionada por lo inteligente que era Kaminari emocionalmente.

Puede que el chico no fuera el más inteligente con los libros, pero a la hora de leer a las personas, socializar y similares, Kaminari era muy inteligente (aunque tampoco iba a decirle esto a la cara.)

El problema fue que, a partir de ahí, empezó a notar más a Kaminari. No mejoraba la situación el tener que darle clases de guitarra casi todos los días para que pudiera tocar en el festival. Sorprendentemente, no era malo, y aunque casi le dolía reconocerlo, se lo pasaban muy bien en las clases. O al menos ella se lo pasaba bien. Y puede que se pase un poco burlándose de él, pero Kaminari no le ha dicho nada y nunca parece tomárselo en serio, así que no iba a parar por el momento.

En ese momento, se encontraban en una de sus clases.

-Jiroooouuu, este acorde es demasiado complicado.- se quejó Kaminari tumbándose sobre la cama de Kyouka con la guitarra sobre el estómago.- ¿No podemos dejarlo y pasar directamente a las canciones?

Kyouka, sentada en el otro lado de la cama, solo pudo suspirar con resignación, sabiendo que esto iba a pasar. Si Tokoyami había tenido problemas, Kaminari lo iba a tener aún más difícil.

Heartbeat Fuzz [Kamijirou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora