Revelación

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Todos aprobaron los exámenes finales en aquel segundo trimestre. Fue una alegría, en especial para aquellos que los suspendieron en el primero. Kaminari y Mina casi ni se lo creían, pero fueron los primeros en gritar emocionados cuando dieron los resultados. Toda la clase se reunió en la sala común y cenaron pizzas para celebrarlo. Incluso Aizawa-sensei se unió. Aunque no lo mostrara a primera vista, Kyouka estaba segura de que el hombre estaba orgulloso.

Y todo continuó normal hasta el día 23. Esa noche iban a darse por fin los regalos, dado que al día siguiente cada uno se iría a su casa para pasar las Navidades con su familia. Todos tenían ganas de volver a casa por unos días, pero también estaban tristes de tener que separarse del resto.

Si Kyouka hubiera sabido lo que iba a pasar aquel día, no hubiera esperado con tantas ganas las navidades.

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-¡AOYAMA-SAN! ¡Esas luces ahí no!

-¡Pero mademoiselle...! ¿No crees que quedarían mejor aquí?

-¡NO!

-No sabes lo que es el estilo... -refunfuñó el rubio tras su tercer intento de poner las luces donde él creía que estaban mejor.

Kyouka observaba tranquilamente desde el sofá cómo Momo se volvía loca con las decoraciones de Navidad (que solo iban a utilizar dos días, literalmente) que ella misma había creado. Aoyama e Iida se habían ofrecido voluntarios para ayudarle a poner todo.

Kyouka se divertía viendo cómo su pobre mejor amiga se estresaba. Deseaba tener unas palomitas para ver todo el espectáculo.

-¡Aoyama-kun, ten más cuidado con las luces! -exclamó entonces Iida, que estaba ocupado con el árbol de Navidad.

-Oui, oui...

-¡Chicos! ¿Necesitáis algo más de ayuda?

Kyouka se giró en su asiento y vio que Midoriya, Uraraka y Todoroki acababan de llegar a la sala común. Midoriya hizo la pregunta con un tono alegre, siempre dispuesto a ayudar.

-En realidad, nos vendría muy bien. Aquí hay gente que se divierte solo mirando -Momo respondió, enviándole una mirada de muerte a Kyouka.

-No sé por qué me miras así, Yaomomo. Estoy ayudando en espíritu.

Momo suspiró y se volvió a girar hacia los tres recién llegados.

-Que alguien ayude a Iida-san con el árbol y los otros dos se pongan con Aoyama-san a colgar las luces, por favor. Y donde yo he dicho -Lanzó otra mirada de muerte a Aoyama, quien tembló de miedo. Cuando Momo se enfadaba nadie podía pararla.

-¡A la orden! -exclamó Uraraka emocionada y riéndose ligeramente.

-¡Sí! -dijo por su parte Midoriya, determinado.

Todoroki solo asintió con cara de póker.

Kyouka se dijo a sí misma que era el momento de irse.

-Nos vemos esta noche, chicos.

Se oyó una serie de "¡Adiós!" y "¡Hasta esta noche!" mientras Kyouka se dirigía hacia su cuarto. Tenía que terminar de hacer las maletas para el día siguiente y después tenía pensado hacer el vago hasta que fuera la hora de cenar.

Bakugou se había ofrecido, sorprendentemente, a hacer la cena para todos. Según él, lo hacía porque "ningunos de vosotros, extras, puede cocinar algo mínimamente comestible" y solo dejó que Satou le ayudara. Kyouka no podía esperar a comerse la cena que iban a preparar. Juntar la cocina de Bakugou con la de Satou era el cielo, prácticamente. Ella, por su parte, no podría cocinar algo bueno ni aunque la vida le fuera en ello. No se podía ser bueno en todo (aunque Bakugou parecía serlo).

Heartbeat Fuzz [Kamijirou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora