Como siempre voy sola para mi casa, pero me gusta, una ya está acostumbrada. Cuando llegué al portal de mi casa me quedé en shock. El coche de mi "padre" estaba aparcado fuera y eso no podía significar nada bueno, así que aligeré el paso y entré lo más rápido que pude en casa.
Cuando llegué a la zona del salón vi a mi madre llorar y a mi padre intentar consolarla, aunque sé perfectamente que sólo lo hacía para quedar bien y que no le importaba nada que mi madre llorara, así que lo único que supe hacer fue quedarme de pie mirando a mis padres con cara de perplejidad esperando a que alguno dijera algo.
Como ninguno hablaba me limité a preguntar cuál era el motivo de su visita ya que ni era Navidad, ni mi cumpleaños.
-El motivo por el que vengo es que tengo una muy buena noticia que te va a encantar- Dijo mi padre mientras se levantaba y buscaba algo en su abrigo.
-Nada de lo que tú digas puede ser una buena noticia- Dije y enseguida fui a donde estaba mi madre para intentar saber qué pasaba.
-Aria no estoy aquí para escucharte decir tonterías, estoy aquí porque tu madre y yo hemos estado hablando y hemos llegado a un pacto con lo referente a tu custodia.
Tan pronto dijo eso me entró un escalofrío y le susurré a mi madre para que me dijera qué demonios pasaba.
-No perdona, a el acuerdo habéis llegado tú y tus abogados, yo no he tenido ni voz ni voto en esa decisión.- Fue lo único que dijo mi madre en todo el tiempo que llevábamos allí.
-Como sea- Dijo mi padre.
-Bueno a ver me vais a decir que coño pasa o qué?-Intenté decir lo más calmada posible pero mi madre se dio cuenta de lo nerviosa que estaba porque me agarró la mano.
Mi padre se limitó a sonreír y darme un folleto y un montón de papeles. En el folleto pude leer que ponía Upside School y en los papeles un nombre gigante en negrita que ponía Bufete Borrall y entonces empecé a entenderlo todo poco a poco y mi corazón comenzó a temblar.
-¿Qqué es esto?- Le pregunté a mi madre.
Ella medio temblando me miró, esbozó una sonrisa de consuelo y volvió a llorar.
-Vas a ir a un internado en Inglaterra- Me dijo mi padre.
-¿Estás de coña verdad? ¿Cómo voy a ir a un internado y aún por encima en Inglaterra?- Dije rompiendo el folleto.
-Me da igual si no quieres ir, vas a ir y punto y así aprovecho para verte más de seguido que hace cuatro años que no puedo- Y se quedó pensando seguramente en lo mismo que yo.
Me vino esa noche a la cabeza, pero no iba a permitir ponerme a llorar y menos delante de él, así que borré ese recuerdo de mi mente.
-Tú no me puedes llevar sin permiso de mi madre y ella no te lo va a dar ¿verdad mamá?
-Para eso te he dado los otros papeles, el juez le ha quitado la custodia por no saber educarte bien y eso quiere decir que aunque tu madre no quiera vas a ir con o sin su consentimiento al internado.
Me empecé a marear ¿cómo un juez va a darle mi custodia a este tipo?
No voy a dejar a mi madre sola y mucho menos me voy a ir a Inglaterra.
-Yo no voy a ir a ningún lado-Le grité.
-Sí que vas a ir, aunque te tenga que subir al avión con camisa de fuerza.
-Eres un estúpido si crees que lo vas a conseguir.
-Más estúpida eres tú si crees que no y ahora deberías subir a tu habitación y empezar a hacer las maletas que mañana vengo a por ti, que nuestro avión sale a las cinco.
-¿NOS VAMOS MAÑANA?
Mi madre empezó a temblar y yo no me podía creer lo que estaba pasando.
-No me puedo creer que me hagas esto.
-No te hagas la víctima que esto te va a venir muy bien, me tengo que marchar ya pero no te preocupes que ya verás como te encanta el sitio. Y mañana estate lista porque me da igual que vayas en pijama, ir vas a ir- Y dicho eso se marchó.
Mi madre seguía llorando así que subí a mi habitación echando humo. Ese tío es un imbécil si cree que lo va a conseguir, no voy a ir a esa estupidez de internado, ni voy a estar cerca de ese gilipollas y mucho menos voy a convivir con unos pijos que se creen superiores, porque si a mi padre le gusta ese sitio es porque va a estar lleno de gente como él.
Me tiré en mi cama y empecé a llorar, no me quería ir, no quería dejar a mi madre y sobretodo no quería irme a otro país con mi padre.
Me quedé dormida y mi madre me despertó con una taza de chocolate caliente y un abrazo.
-Mamá no me quiero ir- Le dije sollozando.
Mi madre me miró y supe que se le partía el corazón, así que intente sonreír y le di un abrazo.
-Piensa que esto te va a venir muy bien, vas a hacer amigos y vas a aprender mucho inglés.
-No veo lo bueno en eso mamá.
Ella se limitó a sonreír y a intentar ocultar su pena.
-Bueno levántate y ayúdame a hacer todas las malteas que tienes mucho trabajo que hacer.
Y con muy poco entusiasmo mi madre y yo empezamos a empaquetar mi vida.
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The lie that changed my life (Editando)
RomanceAria es una adolescente de 16 años solitaria, nunca en sus 16 años de vida tuvo una amiga (bueno por lo menos desde que tiene uso de razón). Pero… ¿Qué pasaría si un día aparece alguien que te hace ver que hay vida más allá de las cuatro paredes de...