Amour

105 5 0
                                    

Para mi novia

Me resigné a acabar,
Me resigné a terminar.

Nadie descifró que esa noche de enero yo me enamoraría y me encantaría ser la princesa que más mi pareja deseaba.

Sus labios rosados, sin querer me han tocado. Sus ojos brillantes, de los cuales no hay escape y su cabello suave, haciéndome cosquillas desde mi corazón.
Cada noche solíamos hablar de cualquier cosa y un día, dejó de ser igual.

Un día decidimos conversar sobre unidad y formar algo más.
Palabras, amor, colores y felicidad, una donde embarcaba curvas en los labios y aceleraciones de las cuales ahora no puedo encriptar.

Esta chica me tiene en sus pies o, ¿sería al revés? Yo tengo a esta chica a mi pies.
No, para nada. No hay demandas, no hay reclamos... Solo nos acariciamos una noche de verano, después de haber mantenido unos suspiros exhaustos. Ella escuchaba como dormía y no podía conciliar el sueño por el miedo de anhelarme una noche de invierno. Aún sabiendo que no acabaría ahí, no deseaba dejarme.

9 de enero, el día que evitó el agujero que mi corazón contenía después de una gran ira.
El día que ella destacaba por susurrar en mi oído, me acariciaba la cintura y simplemente me hacía sentir suya, apodándome codiciosa. Ninguna pared metafórica, pues el único movimiento que percibía era el de nuestros ojos conectándose; no te movías, dejaste de tocarme y lo único que hiciste fue inspirarme.

"Solo quiero mirarte hasta que llegues a desesperarte, ¿hay algo que carezco hacer?"

Y como toda una sumisa respondí:

"Si te lo dijera, ¿lo harías por mí?" Sabía que harías lo siguiente, sabía que sonreirías y simplemente te mofarías. Me comentaste varias cuestiones, hablaste de como estabas dispuesta a entregarte porque había un lazo fuerte, uno en el que ningún tercero se mete.
Cuando quise actuar, fue muy tarde, te estabas despidiendo de mí y a estas emociones del momento con un:

"Puedo ver un futuro contigo" que me mató al momento, entrando en furia con la persona en el futuro, seguramente estaba repleto de avaricia de tu amor.

Esta chica sabía ganarse mi alma.

PoesíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora