Capítulo 2.2: ¿Por qué? No quiero

924 99 7
                                    



"Vine porque sentí malestar en tu voz" Esa fue lo que me dijo Dan cuando me lo encontré en casa, con la cena hecha en la terraza y Chels viendo la tele con las gatas dormidas en el sofá. Las mininas aprovechaban al máximo los sitios fríos que dejaba mi amiga, sobre todo cuando el calor arremete sin piedad.

Me sentí mal. Había viajado cientos de kilómetros, pedido unos días en el trabajo para poder estar conmigo...

Me sentí muy mal, no esperaba ver a Daniel y mucho menos después de que casi.... Bueno de que casi pasase eso...

Y aún más mal porque las cosas no iban como antes, no teníamos esa "magia" que teníamos antes, no éramos aquella pareja joven que fuimos... Supongo que ya he aceptado que lo nuestro tiene un fin y solamente espero que llegue. Sin embargo... Que él, sabiendo la situación y el cómo me siento... Siga haciendo cosas así, siga teniendo estos detalles conmigo...

Sí, soy la peor persona del mundo... No lo merezco, y aún menos después de...

Mis ojos empezaron a lagrimear mientras me seguía abrazando.

-Ya está, ya está niñita, solo ha sido un mal sueño, estoy a tu lado para protegerte de todo- me estrechó aún con más fuerza.

No dije nada, simplemente dejé que todo saliese, dejé que me  reconfortarse en sus brazos durante unos largos minutos.

-Eres una niñita tonta- empezó a reír amablemente- Mira que llorar por una pesadilla, menos mal que vine para que no te desvelases.

Me separé y puse cara de enfado, consiguiendo que me diese un largo y amable beso

-¿Mejor?

Asentí y me acurruqué en sus amplios hombros sin tardar en quedarme dormida de nuevo.

Y dormí mucho mejor de lo que lo hice durante semanas, tanto que me costó muchísimo despertarme. Bueno, más bien me despertaron.

-¡¡¡¡¡____!!!!! ¡Si no te despiertas ya llegarás tarde!- Chels había aprovechado para zarandearme y pasarme su característico frío. No había nada mejor que dormir bien y que te despierten con algo parecido a un salpicón de agua fría.

Ignoré su enorme risa y pude comprobar que Daniel seguía a mi lado durmiendo como si fuese un bebe.

Sonreí y le tapé, dándole un beso en la mejilla y corrí a prepararme para el trabajo.

"Después de todo el primer día no ha sido tan malo, y con Dan aquí puede que me sea más fácil" traté de darme ánimos, sobre todo para salir sonriente y radiante de casa.

Hoy opté por un vestido negro, algo suelto y una americana blanca con rayas negras. Sí, iba más arreglada de lo que iba antes, pero tendría que hacerlo tarde o temprano, ahora iba a ser la mano derecha del que ocupa el puesto que iba a ser para mí.

Suspiré, solo tenía que dar lo mejor de mí, sí o sí.

Una vez comprobé que podía irme a trabajar, cogí las llaves y escribí una pequeña nota que dejé en la encimera.

No, Otra Vez No. (Kim Namjoon, RM y Tú +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora