Capítulo 2

241 18 14
                                    

-Vegeta y nosotros dos merecemos más que esta sucia habitación de paredes frías, más que las absurdas misiones de porquería que se nos asignan, más que esta deplorable posición que ocupamos, merecemos más, somos saiyajins.- Raditz reflexionaba sobre la reciente idea que atrofiaba sus pensamientos, no eran si no una burla para Freezer, las mascotas que cumplían sus ordenes fielmente, cobardes sin espíritu.

----

Tres naves arribaron en sobre el planeta Abishi, una capa de polvo se levantó en el lugar conforme en la superficie de la tierra se agrietaba formando un gran cráter. Las puertas automáticas de las pequeñas naves blancas circulares se abrieron suavemente dejando ver su interior. Vegeta fue el primero en salir apoyándose en un costado y entrecerrando los ojos por la intensa luz naranja que marcaba el atardecer. Habían pasado dos meses viajando en las capsulas así que ponerse de pie era un alivio después de estar sentado tanto tiempo. Avanzó sin prestarle atención a sus dos compañeros que se retorcían los brazos flexionando un poco su cuerpo, Nappa le sonrió ligeramente a Raditz mirándolo unos instantes antes de comenzar a caminar. Raditz desenrolló su cola y se agitó la melena cansado por el viaje, volteó a sus alrededores encontrándose con un lugar donde la vida se hacía ausente, resaltando únicamente el gris de la tierra salpicada por montones de piedras por todo el lugar, la vegetación era casi nula, pero uno que otro matorral verde adornaba lo que parecía un desierto. Comenzó su marcha caminando muy por detrás de sus colegas, la idea de Freezer y Vegeta ya lo tenía harto incluso en sus pensamientos, deseaba poder callar de una vez esa voz que se lo recordaba cada momento, pero era algo prácticamente imposible, agobiándolo y dándole vueltas hasta el grado de ya no sentir nada. El rostro del príncipe y Nappa se endureció cuando sobre sus rastreadores un nivel de energía relativamente alto apareció, pero Raditz continuó indiferente, no tenía ganas de pelear, ni de nada, solo deseaba que Vegeta se luciera nuevamente en combate o que mandara al salvaje de Nappa a completar la tediosa tarea y volver a su nave otra vez.

Vegeta alzó el vuelo seguido por los otros dos, el número de enemigos no era muy alto, pero su nivel de poder era lo que llegó a alarmarlo un poco, sería una tarea algo difícil de realizar, y más por que para ser honestos, sus compañeros de escuadrón eran una molestia. Nappa era alguien que confiaba demasiado en su fuerza, y por ello terminaba por jugar con sus enemigos, retrasando en ocasiones la misión, o complicándole el trabajo a Vegeta. Por su parte Raditz era un inútil que no servía más que de distracción, al final el príncipe saiyajin sabía que si quería que las cosas salieran bien, terminaría por hacerlas el mismo. Frente a ellos unas bases atrincheradas, que se llegaban a confundir entre el suelo con facilidad, aparecieron detrás de unas montañas de piedra. Los rastreadores marcaron el lugar preciso y el líder descendió con algo de distancia. Debía generar algún plan de ataque o una llegada sorpresa, pues sestaba consiente de qué usar técnicas de energía no serviría de nada, pues sobrevivirían a tan débiles poderes. Además que, al parecer, tenían muy bien vigilado y asegurado el lugar.

-debemos terminar con los guardianes principales, pero debemos actuar con sigilo, sí atacan todos al mismo tiempo estaremos en problemas...- Ni siquiera despegó la vista del frente para dar las indicaciones a sus compañeros, quienes asintieron silenciosamente. Vegeta esperaba alguna estúpida aportación por parte de Raditz, pues este solía elaborar planes absurdos y simples con el fin de completar objetivos más allá de sus pensamientos; pero no fue así, permaneció en silencio imaginando que "estar en problemas" podría no estar tan mal después de todo, al menos moriría en batalla y no de la manera tan deshonrosa en la que murió su padre. El príncipe lo miró de reojo aun esperando algo por su parte, pero daba la impresión de que el chico ni siquiera estaba ahí. Nappa se alistó para comenzar con el ataque, esperando únicamente la orden de sus superior, Vegeta le indicó con la vano que avanzara por una de las paredes hasta quedar detrás de uno de los guardias. El grandulón obedeció y se aproximó hasta tomar al sujeto por detrás tronándole el cuello en seguida, logrando así abrirse paso para avanzar un poco más. Finalmente la voz de Raditz se hizo presente diciendo esas palabras estúpidas que esperaba Vegeta.

Con Las Luces ApagadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora