3. La renta

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El sol comenzaba a ponerse mientras Lupita caminaba de prisa sobre la avenida, le urgía hablar con doña Lucy que probablemente pensara que Simón no le quería pagar la renta y esta vez no tendría reparos en sacar sus cosas a la calle. Cruzó de prisa seguida de un pitido de un automóvil ocasionado por un conductor malhumorado, al llegar frente al zaguán de Lucy tocó insistentemente al tiempo que profería un grito de buenas tardes, no tardo demasiado en aparecer la señora.

- Buenas tardes doña Lucy ¿cómo le va?- fue lo que dijo Lupita en cuanto abrió.

- Lupis, que milagro, tenía mucho sin verte ¿Qué te trae por acá?

- Pues ya ve doña las cosas que pasan, pero vengo a hablar por Simón.

- Ya te conto que me debe las rentas...

- Pos si, pero si le quiere pagar solo que la mala suerte.

- Es la suerte que se ha buscado

- Pues es que, ve que lo detuvieron, por eso vine, pa'que no le saque sus cosas.

A doña Lucy se sorprendió, si bien Simón era un irresponsable nunca había hecho algo como para ser detenido.

- Y hora ¿por qué?

- Pues por menso, le encontraron unas cosas robadas que ni suyas eran, pero en lo que investigan ya lo entambaron, ayer fui a ver un abogado quesque sabe mucho pa' que lo saque.

- Huy Lupis eso te va a salir bien caro.

- Pues ya ni modo, también pobre Simón parece que siempre le va mal y cuando trata de componerse le va peor.

- Lupis a mí la verdad el dinero de la renta si me urge pero por el tiempo de conocerlos y esta situación lo voy a esperar, no te aguites.

- Gracias doña, hare todo lo posible para traérselo cuanto antes, y ya me voy que de por sí ya se está haciendo noche y para que quiere.

- Ándale Lupis cuídate, nos vemos.

CRONICA DE UNA MALA EXPERIENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora