Montañas de cartas

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Hasta que llegue la media noche estaré aquí observando cómo se mueven las agujas de reloj. Mientras escribo cartas a personas imaginarias y pienso en cómo se verán sus rostros y cuales son sus historias de vida me pregunto: ¿Qué es lo que mueve las agujas de ese reloj?

Yo lo sé, querida cortesana, sé que sos de las que siempre esperan que uno de un paso adelante y mande la primera carta. Es por eso que aquí sentado escribiendo para vos las cosas más extrañas que jamás creí que habría de escribir. También sé que en tus tiempos libres marcas en tu cuerpo recuerdos de tus errores pasados. Que la vida te ha tratado mal.

¡Aventurero, viejo amigo! Ha sido mucho tiempo desde que nos vimos al abandonar ese barco en el que compartimos un largo viaje juntos. Donde conocimos a muchas personas de historias oscuras y extrañas. Yo soy uno de los que les gusta indagar en las vidas de las personas, conocer sus secretos y guardarlos en lo más profundo de mi alma. Mi más oscuro secreto no es mío, es el de todos ellos.

Del agua salía una voz que me cantaba. Tenía los labios rojos y la piel pálida. Quién sabre si el agua me recordará ahora que le estoy escribiendo. Así como llegó, así se fue entre mis dedos. Y en ningún momento pude yo beber de ella. 

Sigue moviendose la pluma sin parar. Derramando tinta sobre el papel en formas curveadas y rectas, indecifrables si no eres alguno de los destinatarios. Voy a hacerte el favor, papel viejo, de levantar la pluma una vez más y dejarte tomar un respiro para secar tus manchas. En el tintero vuelve a descansar la pluma y la vela me deja ver lo que he escrito. Es desastrozo. Totalmente intangible en toda cabeza, incluso en la mía. Sin embargo guardaré estas cartas porque en ellas descansa el valor de la tinta misma. Al papel también le guardo con cariño.

Una a una las cartas se acumulan en pilas gigantescas de palabras que brillan. Palabras que como están no tienen ningún significado, pero quizás ordenandolas de algún otro modo puedan ser las más grandes obras escritas en la historia.

Quisiera no ser yo quien tenga escribir palabras que no hayan salido de mi enrebesada cabeza. Tampoco quisiera ser yo quien ponga mis palabras en la boca de nadie. Sin embargo, estoy dispuesto a mostrarle mi trabajo a todo aquel que quiera leer y escuchar todo aquello que la gente quiera contarme.

¿Por qué te detienes? ¿Es que acaso ya estás cansado? ¿Es que acaso has quedado satisfecho? La persona que más he querido descansa muerta y no dirás ni una sola palabra. ¿Acaso podrás hacer algo para darle vida de nuevo? ¿O no posees esa clase de poder? ¡Cómo funciona el mundo no te sirve de excusa! Donde sea que estés de encontraré, y haré de tu vida la más magnifica que hayas podido imaginar. Así es como dice la ley. Así es como se hace justicia.

Por lo general se hace un hilo, con un principio y un final. A lo largo de este siempre se ven enrebezadas las mismas ebras. Suele haber un nudo o varios. Suelen haber unos hilos que se cruzan con el primero por breves instantes. Pero la bola de estambre que sale de mi cabeza no es más que ruido. Será loco aquel lo halle harmónico y agradable. 

He callado muchas veces cosas que debí haber dicho, por miedo a decir algo que no deba. He tenido miedo a hacer cosas que debí haber hecho por hacer algo erroneo. También he tenido miedo a pensar cosas que debí haber pensado, porque el único perjudicado salgo siendo yo. Pero existe aquel con quien he hecho todo, dicho todo y pensado todo. Y es con la tinta y el papel. Siempre escribe, siempre lee, nunca responde, nunca da quejas.

Ahora que la tinta ha secado, puedo guardar la carta. Jamás será enviada. Sin embargo, puede que vuelva a ser leida. Quizás no por mí. Quizás por alguien más. Quizás no por alguien más. Quizás por algo más. Quizás no por algo más. Quizás por algo diferente. ¿Quién sería capaz de saber? ¿Lo sabrán la tinta y el papel?

Desvaríos que piensan con los dedos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora