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Gael: Ese día tenias un vestido floreado y te veías linda... Pero te quedaste esperando toda la tarde...

Astrid recordó ese día, sintió un revoltijo en el estómago y los ojos llenarse de lágrimas.

Gael: ¿A quién esperabas si se puede saber?

Astrid: Mi novio, pero él nunca llegó.

Gael: Ufff... ¿Y qué pasó?

Astrid: Ese no es asunto suyo.

Gael: Vamos yerna, confíe en mí.

Astrid: ¡QUE NO SOY SU YERNA MALDITA SEA! ¡SOLO ES UN VIEJO INFANTIL QUE HACE PERDER MI TIEMPO! ¡Y DE PASO QUIERE SABER MI VIDA PERSONAL! ¡COMPRESE SU PROPIA VIDA Y DEJE LA MÍA EN PAZ!

Visto.

¡Hola Yerna! | Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora