17. Una luz para Esperanza.
Muchos dicen que el amor no existe. Que el amor no es real. Vaya que lo es. Jamás creí que alguien me amaría tanto y de tal forma que enviaría a su único hijo a morir por mí en una cruz. ¿Te imaginas el dolor que hubo en su ser mientras cada clavo atravesaba su piel, sus huesos? ¿Cuánta sangre perdió con estas, las heridas de su cabeza y de su costado? El amor de este ser es tan grande. Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo se dieron a la tarea de hacer un gran sacrificio por mí. La buena noticia es que no solo por mí, si no por toda la humanidad. Creo que Jesús te ama a ti también. Hace dos años, cuando me encontré sentada por primera vez en una iglesia tenía tantas preguntas, tanto que no entendía. Y sobre todo, estaba sola. Vivía en la oscuridad de una vida sin sentido, sin propósito, hasta que Dios me demostró que estaba pendiente de mí. Aunque al principio no fue fácil, los ataques de pánico volvieron y no podia controlar mi miedo, Dios me ayudó. Y no solo a mí.
Camino por el pasillo de la casa. Mis padres están de viaje, Lu está en una cita con Julián, Daniel no ha dado señales de vida y Alex dijo que llegaba en una hora. Estoy demasiado cansada. Vengo del trabajo, afortunadamente Dios movió los medios, mientras trabajo, estudio gastronomía. Me emociono al pensar que gracias a Dios pude descubrir mi talento. De hecho, tengo la teoría de que como hoy es mi cumpleaños número 19 no puede ser posible que ninguno este en casa. O tal vez si.
Cómo decía, no solo Dios me ayudó a mí. A Lu y Daniel también, a mis padres… cada quien recibimos una lección con la lucha que tuvimos para que hoy, un año después, yo pueda entrar a mi habitación e irme a dormir. Pondré alarma para que Álex no se quede afuera tocando solo. JJ me avisará de todas formas con sus ladridos.
Abro la puerta de mi habitación y debo admitir que me sorprende no encontrar a nadie. Sonrió pensando qué tal vez se atrasaran un día. No pasa nada, todos estamos con ocupaciones. Me quito los zapatos para poder ir a dormir un rato. Despejó la cama, otra vez la dejé con libros de cocina encima y la dejo lista para acostarme. Me suelto el cabello mientras me siento en la cama. Tomo el control del aire acondicionado y lo enciendo. Me envuelvo en cobijas para dormir.
—Dios, gracias por sanar mi corazon y limpiar mis pecados, gracias por darme una hermosa vida a pesar de que nada ha sido fácil, pero tú eres el Dios de los imposibles y sé que nunca será imposible. Eres increíble. En el nombre de Jesús, Amén.
Cierro mis ojos dejándome llevar por el descanso que me da la paz de Cristo.
Unas voces me despiertan. Abro los ojos asustada, ¿Quién anda ahí? De pronto recuerdo que Alex vendria, me fijo en la hora. La luz de la pantalla del celular me encandila. Parpadeo y tallo mis ojos antes de ver que ya pasan de las 10 de la noche. Hoy salí temprano, pero no pude escuchar la alarma que debió sonar hace dos horas. Logro distinguir mientras me levanto dos voces femeninas y una masculina. Oh, es al revés. Dos masculinas y una femenina. Estoy realmente dormida todavía. Leo los dos mensajes que tengo en el celular y reviso las cuatro llamadas perdidas.
«Light, vamos para tu casa Alex y yo.
—Daniel»«Esperanza, estoy camino a tu casa. ¿Creíste que te dejaria sola? ¡Claro que no! Nos vemos linda.
—Lucia»Entonces los tres están aquí. Lo más probable es que no me hayan querido despertar. Voy al baño porque se que debo verme más decente. Me miró al espejo sonriendo. La Esperanza de hoy no tiene nada que ver con la de hace un año. Me lavo la cara y arreglo un poco para poder ir a ver qué tanto hacen. Camino fuera de mi habitación.
—¿Alex? ¿Dan? ¿Lu?
De inmediato, un silencio ensordecedor se instala y mi corazón palpita asustado. Escucho la puerta principal cerrarse y veo las luces apagadas. ¿Se abran ido cuando no les abrí? ¿Entonces porque mi alarma no sonó? Siento el temblor inundar mi ser al entrar a la sala. Pero todo miedo desaparece al instante.
—¡Sorpresa!
Las luces son encendidas y lo primero que veo es a Alex sonriéndome como siempre. Recuerdo que una vez me pregunte si no se cansaba de sonreír con los ojos tan brillantes. Ahora yo tampoco me canso. Le devuelvo la sonrisa al entender de qué va todo. Veo a mis padres, a Lu y Julian, a Daniel, Keyla y Jaqueline alrededor de la mesa que no entiendo cómo movieron a la sala.
—¡Feliz cumpleaños Light!
Escuchar el grito de mi novio provoca que volteé a verlo de nuevo. Mis ojos se fijan en el rostro de un Alex que me sonríe haciendo que ría y me acerque a todos.
¿Lo que necesitaba? Una luz.
—Te amamos mucho hija.
—Gracias por tu amistad, Esperanza.
—Bienvenida al club, Light.
—Light, que cumplas muchos años como Matusalén.
—Sigues siendo de pocas palabras ¿Eh? Felicidades.
—Que cumplas muchísimos más Esperanza.
Me encuentro por fin con el rostro de alguien que se atrevió a ir más allá. Los ojos oscuros de Alejandro me miran.
—Amor, feliz cumpleaños.
Algo así como…
Una luz para Esperanza.
Holaaaaa!!!
Oh por Dios.
El final. Cielos. Estoy llorando de felicidad. Muchas gracias por leer. Todavía faltan los agradecimientos y bueno, ¿Queremos saber que sucedió con Lu verdad? Todo esto y mucho más en el próximo capítulo. De acuerdo es broma. Pronto abra noticias de mí.Novela terminada a las 12:03 minutos de la madrugada de un 15 de Julio de 2018.
¡Dios les bendiga!
ESTÁS LEYENDO
Una luz para Esperanza
SpiritualExistimos personas en el mundo que -según nosotros- sabemos que no vale la pena el hacer que alguien más se entere de nuestra existencia. Rompimos con los lazos entre la sociedad y solo existimos, sin realmente tener noción de nuestra existencia. Es...