4. Intraestelar

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Soundtrack:

— "Fuego"— Él Mató a un Policía Motorizado, Argentina, 2017.
— "La izquierda de la noche"— Babasónicos, Argentina, 2021.
— "Arabella"— Artic Monkeys, Reino Unido, 2013.

El caos era tan fácil de sembrar que no consideraba innecesaria la ridícula máscara de Dalí y los gritos cargados de tiros con los que sus compañeros abatieron la planta de producción.
Para Troya, bastaba mostrar un arma en cada mano y sonreír.

¡Que empiece la fiesta!— suspiró al quitarse la careta, provocando una serie imparable de gritos del grupo colegial británico hasta la llegada del resto de la banda. Los pasos de Nairobi se detuvieron en seco al verla gigante a pesar de su pequeña contextura física, el poder que inspiraba cada partícula de su piel, le dislocaba la razón.

Si no fuese por las insistencias de Denver que la delataban en torno a que ese golpe era el primero de toda su vida, toda la banda e incluso el maravilloso Profesor hubiera jurado que estaban frente a una experta en sembrar terror.
Lo llevaba en la sangre, y no era ninguna principiante en el mundo del crimen. Su fracaso universitario constante no logró apartarla de esa faceta policial que le nacía entre los poros. Pero el tiempo era crucial y a partir de esa despiadada decisión que la llevó a adentrarse en ese mono rojo, estaría del otro lado de la brecha, para siempre.
Todo acto tenía sus consecuencias y todo desamor pagaba los intereses de una condena eterna. Al recibir la llamada por parte de el sub inspector Ángel Rubio, Raquel Murillo comenzaría a jugarle la partida al cerebro al mando del golpe.

En su hangar, el Profesor revivía la primera vez en ver a Victoria y cada momento en la finca de Toledo. Ella tenía tanto interés por el éxito del plan, como todos sus compañeros y sabía muy bien lo que hacía.

A pesar del peligro que implicaba tener un eslabón tan despiadado como Troya y de los variados acertijos que sorteó el destino para que llegase a calzarse esa careta de Dalí, el intelectual la veía como una de sus mejores soldados. Sabía muy bien que no llegaba allí por el amor de Denver, a Victoria Murillo la movilizaban razones que podrían traducirse como las heridas sin cicatrizar por la ausencia del amor de su madre y la violencia de su padre.
La inspectora Raquel Murillo, siempre había tenido todas las de perder y ese día no fue la excepción. Dejó a Paula el mismísimo día de su cumpleaños, tan solo con su abuela para acabar con ese atraco.
Los problemas en el hogar, la agobiaban. Esa era la razón por la que buscaba escapar de él, incluso de sus hijas, dejándolas a su suerte. Victoria envenenada de su ausencia materna causaría revoluciones en el golpe más grande de la historia y todo por despecho.
Su falta de humanismo y crueldad tenían las raíces en el seno de su infancia solitaria.

Las puertas de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre se cerraron ante ellos dos, quienes se miraron a los ojos con complicidad. No había vuelta atrás, sus vidas cambiarían para siempre.

— Diría que es un ferviente galán de telenovelas, allí consolando a esa mujercita pero... Vamos, menudo chiflado— susurró Troya en el oído de Río.
Los rehenes estaban reunidos en el primer acto, la innecesaria y patética presentación de Berlín y el pedido de los pines.

— La mayoría de ustedes está capacitado para estar al mando y Berlín bajo ningún punto entra en esa lista— Río veía con desaprobación la cercanía y aprovechamiento del atracador al mando con una temerosa rehén.
No era para menos, encontrarse con una decena de M16 portadas por unos locos con caretas de Dalí.

— El Profesor ha montado este flor de golpe y aún así le tiene miedo al éxito. La pieza más esencial aquí dentro, es Nairobi, excelente encargada de calidad. Ella nos hará ricos, con los billetes y su adorable optimismo— Troya hablaba y el pecho de la falsificadora se ensanchó al oírla pronunciar su nombre de ciudad.
Ella no desconocía la conversación, estaba del otro lado de Berlín que funcionaba casi como un muro.
Tal y como en la historia escrita a sangre y dolor, el amor prevalecía pese a las distancias, al menos de su parte.

Jarana|NAIROBIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora