ONE SHOTS - KYUWOOK

Try hard

Ya había notado antes ese tatuaje de una rosa que descansaba en su muñeca, aún cuando este trataba de cubrirla no pasaba desapercibida para mi, su cabello, ahora teñido de gris azulado, mostraba que incluso con lo delicada que era su apariencia no se lo pensaba dos veces para hacer algo tan alocado, como tatuarse y teñirse o dejar la escuela en su ultimo año.

Kim Ryeowook era la perfecta descripción de "vida mala en cuerpo de ángel".

-Buenas tardes. -Salude al entrar a aquel lugar ansioso por ver a la única razón por la que iba a comer ahí, la espero no fue larga, pues él mismo vino hacia mi.

¿Que jodidos hacía yo aquí, parado frente a Kim Ryeowook?

Fácil, perder lo poco que me quedaba de dignidad.

La primera vez que perdí la dignidad por él fue cuando le insistí e insistí a mi hermano, Heechul, que por favor me enseñara a tocar la guitarra... Creí que tocando una canción para él podría hacerlo fijarse en mi, o quizás el hecho de que viera que era guitarrista lo haría notarme.

Seis meses tarde en poder tocar el instrumento de una manera decente y cuando al fin termine de convencerme para acercarme a él y cantarle, él empezó a salir con el baterista de la banda del caffé de donde este trabaja.

Genial, yo toco la guitarra y a él le gustan bateristas.

-¿Que te puedo servir... Ah... -apretó sus ojos un momento tratando de recordar- Lo siento, recuerdo haber visto tu rostro antes pero no recuerdo tu nombre. -contestó con libreta en mano y lapicero en la otra-.

-S-soy Kyuhyun -contesté nervioso, igual que las otras ocho mil veces que ya se lo había dicho cuando iba a su caffé a verlo con la excusa de comer. Suspiré empezando a desanimarme. No puede ni recordar mi nombre.

Muchas veces lo pensé, ¿Como llegó a gustarme Kim Ryeowook? Él era alguien totalmente diferente a mi.

Hice incontables cosas a su nombre, tratando de hacer que se fijara en mi, me perforé el labio para que pensara que yo era genial, incluso rasgue mis jeans tratando de lucir mejor, llegue a faltar a clases solo para poder seguirlo por la ciudad y lo único que logre fue que pensará que yo era raro.

Sentado en casa, luego de horas pensándolo llegué a una respuesta del por que no lograba cumplir mi cometido... Era obvio, él estaba tan fuera de mi alcance y yo estaba intentándolo demasiado. He dejado de ser yo y eso me deprime, por que de verdad, he estado intentado todo lo posible.

-¡Claro! ¡Kyuhyun! -sonrió satisfecho como si hubiera recordado por su propia cuenta- ¿Que quieres hoy? -preguntó con el típico tono amable con el que atendía a sus clientes.

Muchas otras veces también vine al caffe para invitarlo a salir... Pero mi mamá no tenia dinero, lo cual significaba que yo tampoco, así que, tuve que dejar de intentar, pero esta, era mi ultima oportunidad.

-Yo..  Quería invitarte a ir a algún lado... -Susurré tímido al ver como levantaba una ceja seguido de una sonrisa ligera.

Dejo su libreta y lápiz en el bolsillo de su gabacha y sonriendo de lado habló- Kyuhyun, tengo diecinueve años, ¿Cuantos tienes tú? -fue lo primero que preguntó y entre en pánico.

-¿Yo? -cuestioné tratando de hacer tiempo- v-veinte -contesté tratando de lucir tranquilo. Mentí, tengo diecisiete. Justo ahora agradecía a mis padres por el amor con el que me hicieron permitiéndome ser alto y hacer creíble mi mentira.

-¿Veinte? -repitió escaneando mi cuerpo de abajo hacia arriba y mi terror cada vez crecía más.- Bien Kyuhyun -agregó relamiendo sus labios- ¿A donde quieres que salgamos?