Recordando el capitulo anterior…
— Tengo familia, amigos y nunca me he sentido sola, ni he echado de menos a un hombre. ¿No te has parado a pensar que si soy así, mis razones tendré? —Dijiste soltándote
— De acuerdo, de acuerdo. Eso no nos lleva a ningún sitio. Si piensas que realmente no podrás enamorarte de mí, sal por esa puerta ahora.
Tú lo miraste, incrédula.
— Vamos, puedes salir, está abierta… o quizás… hayas comenzado a sentir algo —dijo acariciándote el cuello.
Secuestrada | Capítulo 5
(TN)_____ corrió hacia la puerta como alma que lleva el demonio, pero Nat no iba a dejarte escapar tan fácilmente; así cuando llegaste tiraste de ella comprobaste que estaba cerrada. Frenética tiraste y tiraste del pomo pero no conseguiste nada; entonces escuchaste a Nat reírse a tus espaldas y la furia te dominó por completo lanzándote contra él como un torbellino.
— Eres un hijo de puta, ¿cómo puedes jugar así conmigo? —decías mientras le pegabas y luchabas por arañarle. Querías matarlo y él no dejaba de reírse… Cuando se canso te inmovilizó contra su cuerpo y te beso apasionadamente. Tú no dejabas de revolverte bajo sus aprisionadores brazos.
— Vamos, cariño, estate quieta, con esto lo único que haces es impacientarme —dijo Nat divertido
— No seas cerdo. Suéltame.
— ¿Por qué? ¿Acaso no me deseas? —dijo intentando besarte de nuevo.
— Suéltame de una vez.
— Contéstame: ¿No me deseas? ¿No te gusta mi cuerpo?
— No, solo quiero que me sueltes. ¡Ya! —le ordenaste.
— Vamos, estas temblando y he visto tu mirada en el baño, me deseas tanto como yo a ti y volvió a besarte.
— No, no… —gritaste forcejeando y asustada— ¿Es que no puedes pensar que tiemblo porque te tengo miedo y que sé que esto no funcionara por esa misma razón?
Nat te tiró de nuevo contra el sofá.
— No digas eso… —El cambio fue radical y ahora el estaba realmente furioso.
— Pero es cierto... —Dijiste calmándote e intentando razonar con Nat.— No podré nunca enamorarme de ti porque te tengo miedo y una relación no puede basarse en el temor que yo siento, ¿lo entiendes?
— Te he dicho que no quiero oír eso —su voz era gélida y cortante.
— Lo siento, pero vas a tener que afrontar que nunca seré tuya.
— ¡No! —gritó levantando la mano para abofetearte, pero al ver tu aterrorizada mirada se contuvo y salió de la casa cerrando con llave.
Corriste hacia la puerta hecha un mar de lagrimas, pateaste y tiraste de la puerta, pero todo fue inútil… al final te quedaste encerrada, sola y llorando. Escuchaste que Nat salía del lugar y te dejaba sola.
No te entendías a ti misma: no querías estar con él, pero tampoco podías soportar estar sola y encerrada. Con el llanto te quedaste dormida en el sofá y te despertaste sobresaltada por un ruido, escuchaste mejor y te diste cuenta que era un coche, el resplandor de los focos en el salón te lo confirmaron… Nat volvía.
Esta podría ser una oportunidad para escapar. Fuiste corriendo a la cocina y cogiste la sartén más grande que encontraste y te colocaste detrás de la puerta.
— (TN)_____, lo siento , no quiero que discutamos, me siento...
Pero tú le pegaste con la sartén tan fuerte como pudiste, haciéndolo caer al suelo como un muñeco.
— Espero no haberte matado. — soltaste la sartén y corriste fuera de la casa, apenas se veía nada, el coche estaba abierto y subiste pero las llaves no estaban. Daba lo mismo, tenías que recordar como se hacía un puente. Para eso habías estudiado mecánica, te decías mientras te metías bajo el volante.
— Rojo, verde, azul… mierda, estos coches automáticos son lo peor. — conectaste dos cables pero no paso nada. — Vamos, vamos, esto no puede ser tan difícil.
— ¿Te sería más fácil con esto? — dijo Nat desde el otro lado de la ventanilla con las llaves tintineando en su mano.
Tú cerraste la puerta, pero Nat no te lo iba a permitir y de un puñetazo rompió el cristal de la puerta justo en el momento en que tú conseguiste arrancar.
Pero algo iba mal, la dirección no respondía, el volante estaba muerto, e iba irremediablemente de frente contra un árbol con el cual chocaste golpeándote con el volante en la cabeza.
De repente quedaste cegada por la sangre, no veías nada, solo escuchaste como se abría la puerta y te sacaban del coche.
— ¡Maldita sea! ¿Ves lo que ha pasado? ¡Has podido matarte! — te gritó mientras te introducía en la casa.
Tú estabas mareada, temblabas incontroladamente y te dolía la cabeza.
— Escúchame, no voy hacerte daño, solo quiero verte esa herida – dijo sentándote en la mesa.
— No me toques, tienes que llevarme a un hospital o voy a desangrarme, esto terminó- decías entre sollozos e intentando apartarte de él.
— (TN)______, estate quieta, déjame verte eso, no me obligues a atarte.
— ¡Pero por el amor de Dios! ¿Serías capaz de atarme? Tengo la cabeza abierta necesito un medico.
— No sabes nada de mí, no te has molestado en conocerme ni tan solo un poquito ¿Verdad?
— Eres un egocéntrico, estoy desangrándome, ahora mismo no me interesa nada de...
— Voy a coserte yo, así que estate muy quietita esto no puede ser muy difícil. ¿No?
— ¿Qué, qué? Ni hablar, estás loco… no dejaré que lo hagas — dijiste intentando levantarte de la mesa.
— Estate quieta de una vez, no voy hacerte daño, será rápido. — dijo sujetándote de los brazos.
— Suéltame por favor, ni se te ocurra pensar que voy a dejarme curar por ti, ¡mierda, reacciona, me estoy desangrando! — dijiste llorando histérica e intentando zafarte de sus brazos, levantándote de nuevo, pero el fuerte dolor que sentías casi te hizo caer.
— Vale, vale… Tranquilízate. Soy médico, no te voy hacer daño. — te dijo echándote en el sofá.
— ¿Eres medico? No me mientas, por favor...
— Bueno, en realidad no es cierto del todo: soy cirujano — te decía mientras te limpiaba la herida que por fin había dejado de sangrar. – La verdad es que esto no tiene buen aspecto, voy a tener que ponerte una pequeña anestesia que no te dolerá nada y darte unos puntos. — Tú parecías tranquilizarte, pero lo mirabas con recelo. — Lo prometo, no tardaré.
Parecía que él sabía lo que hacía, así pues tú te dejaste hacer, no tenías mas remedio y en poco tiempo terminó y te vendó la herida, después fue a la cocina con una toalla para humedecerla y comenzó a limpiarte de la cara la sangre seca.
Era tan tierno. Tú comenzaste a relajar tus nervios. En ese momento las manos de Nat acariciaban tu rostro con ternura, sentimiento que comenzaba a no dejarte indiferente. Su cuerpo se estremecía con esas caricias – debo estar volviéndome loca – y él se dio cuenta de ello, cogió tu cara entre sus manos y comenzó a besarte lenta y suavemente… y tú te dejaste llevar por los sentimientos que en ese momento crecían en tu cuerpo.
— Dios, lo que me ha costado… — te susurraba Nat al oído entre beso y beso. Te tomó de la cintura y tú enredaste tus piernas en la cadera de Nat, mientras él te llevaba al sofá.
¿Que pasara? ¿Serán sentimientos verdaderos de (TN)_____ o solo lo hará para distraer a Nat?
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Secuestrada (Nat Wolff & Tu)
Fanfiction(TN)_________ una chica promedio con una vida normal, tenía planeado ir a comprar sin saber que esa misma noche se encontraría con el chico que sería el creador de todo su dolor. ¿Podrás escapar algún día?