Cuando Louis le invitó (por no decir que prácticamente le obligó) a ir y "disfrutar" de aquel espectáculo barbárico, famoso por la naturaleza del mismo, y que parecía ser la nueva atracción del circulo "snob" al que pertenencia algunos de sus allegados; no queriendo ir en contra o mejor dicho, intentando quitarse de encima al fastidioso ojiazul que fungía como amigo y compañero de negocios, aceptó acompañarle a lo que él consideraba un lugar de mala muerte; pensó que se aburriría, su intención era quedarse unos cuantos minutos y luego salir de ahí sin dar explicaciones; sin embargo no todo salió como planeaba, Louis se encargó de mantenerle atrapado en aquel lugar.
El evento iniciaba con un desfile tipo pasarela de Omega (tanto hombres como mujeres, destacando en cantidad en su mayoría los primeros) Zayn no podía dejar de relacionar aquello como un mercado de esclavos, los jovencitos por lo regular entre 15 y 17 años, eran exhibidos como perros de raza, irónicamente traían como accesorio un collar con cadena (probablemente para que no intentaran huir en algún descuido). Luego de haber mostrado la "mercancía" daba lugar la subasta, donde pujaban por los especímenes; quien ofreciera el mayor monto ganaba la oportunidad de luchar en el cuadrilátero contra el Omega, si el retador resultaba ganador, obtenía como premio al otro, para hacer con él lo que le viniera en gana; asquerosamente el acto que más se disfrutaba era humillar y desflorar al jovencito derrotado.
Esa noche su ojiazul acompañante le había insistido en asistir, pues se llevaba a cabo una pelea con nada más y nada menos que el Omega más famoso , Liam, el castaño aguerrido que se destacaba por haber afrontado una considerable cantidad de peleas, de las cuales salió victorioso. Si bien Zayn escuchó historias sobre dicho personaje anteriormente, la vedad que no les había tomado mayor importancia; eso hasta que le vio en escena. No era el típico Omega asustadizo, de esos que desbordan fragilidad o belleza femenina, no; era un tipo bien plantado, de mirada fiera y actitud insolente, cuerpo fibroso y fuerte; Zayn sintió deseos de admirarle, su curiosidad se encendió y poniendo más atención se dedicó a presenciar la pelea, concretamente los movimientos del castaño, que eran salvajes y un poco descoordinados, aunque bastante efectivos; Zayn supo que su estilo de pelea no contaba con algún patrón, aprovechaba las oportunidades que veía a la mano y golpeaba con rapidez; dos asaltos duró el combate, dejando al retador inconsciente tendido sobre el cuadrilátero; el castaño se mantenía de pie, probablemente más a base de determinación que otra cosa, pues estaba bastante lastimado, sudoroso y respirando con dificultad, sin embargo era claro que no podía dejarse caer, de hacerlo contaría como derrota, debía mantenerse avante hasta pisar fuera del cuadrilátero. Zayn le vio bajar del cuadro con pesadez, haciendo demasiado esfuerzo, unos pasos adelante, uno de los asistentes o guarda espaldas, le tendió la mano y le ayudó a internarse hasta donde suponía se encontraban los vestidores.
El Alfa azabache se encontró contrariado, pues en ese instante nació en él un interés profundo por aquella criatura, quería saber todo sobre el Omega, y apostar por poseerle; sonaba retrograda en su cabeza, pues no estaba de acuerdo en someter y humillar a los Omega, estaba consciente de que debía tratarles como compañeros de vida, con respeto, y ser considerado con sus deseos, enseñanza trasmitida a él por su padre quien siempre trató a su madre de la misma forma. Sin embargo en este caso su instinto ganaba a su razón, le deseaba, le quería para él, de cualquier forma y si la más fácil era retándolo y venciéndolo, pues eso haría, lo más pronto posible, pues no dudaba que debido a la fama del Omega, le lloverían ya propuestas para otra subasta y no podía permitir dejarle su destino a la suerte.
El prestigio de su familia fue una carta a favor para acceder a la puja por el castaño, pues éstas no eran de dominio público como las otras, no; Liam era demasiado valioso, sólo los mejores postores tenían la posibilidad de formar parte. Al final nadie pudo sobrepasarle en ofrecimiento y ganó la posibilidad de obtenerle; claro que siendo hombre letrado y de negocios, no dejó cabo suelto, analizó el contrato adquirido y viendo que podía sacarle el mayor provecho, firmó; la noche en que le venció fue una de las más gratificantes en su vida, si bien el castaño no venía de buena cuna y socialmente no era aceptable para un noble de su alcurnia, lo mismo le daba, conseguir al castaño para él, era lo primordial, hacerle suya de forma en que ambos desearan, era el siguiente paso a seguir.