Compañeros de cárcel

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Cuando el hombre de los lamentos no quiere que lo escuche, él coloca una banda alrededor de mis ojos.
Cuando el carcelero no quiere que sienta dolor, el tapa mi boca mientras golpea mi espalda.
Cuando la mujer que grita histericamente no quiere que me acerque, ella abre la puerta de su celda.
Cuando mi único amigo dice que cubra mis ojos, solo cubro mis oídos.

Una secuencia de actos mudos, ciegos y sordos me rodean para nunca terminar... No cubro lo importante, solo parte de ello.

Escucho los desgarradores lamentos de un pobre y enclenque hombrecillo lleno de arrepentimientos.
Veo a una mujer constantemente alterada sin nunca ser capaz de encontrar tan anhelada paz.
Siento el ardiente tacto de la madera contra mi cicatrizada piel.
Puedo oler el intenso aroma a oxido proveniente de la sala de creatividad y esa intoxicadora esencia a flores y alcohol provenientes de la sala común.

EncerradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora