Estaba caminando por la calle, escuchando música mientras el frio de Vancouver me calaba hasta los huesos, siempre hacia esto cada vez que discutía con mi papá.
Siempre era por la misma razón la cual era que para mi papá era un inútil que no iba a llegar a nada en la vida solo, me gustaba pensar que mi papá era así por la muerte de mi madre y que era su forma de lidiar con la perdida aunque bueno la forma en que yo lleve la perdida tampoco fue la mejor y no ayudaba el hecho de tener a una zorra barata como madrasta.
Marihuana, LSD y alcohol o lo que llamaba terapia, supongo que no era la mejor manera de llevar los problemas de mi vida pero ya me había vuelto adicto a estas cosas y era lo único que lograba clamar el dolor y que pudiera soportar los insultos de mi madrasta, ataques de ira mi padre y los golpes de él y los que recibía en la escuela.
En resumen eso era mi vida los últimos años y así me encontraba caminando en las frías y oscuras calles de Vancouver, con un destino fijo, siempre iba al mismo lugar cada vez que discutía con mi papá, la casa de mi mejor amiga.
Mientras caminaba podía ver el ambiente nocturno de la ciudad, las luces de los bares, gente intentando entrar a algún club, los carteles de neón, el humo del tabaco y con este último no me quede atrás, saque un cigarrillo de mi mochila y un encendedor del bolsillo de mi chaqueta, lo prendí y le di una gran calada y solté el humo de golpe intentando que el humo sacara todo la frustración que sentía en estos momentos, nunca entendí como es que Roger era así con migo, no recodaba un momento que no fuera así, o tal vez si, recordaba que él no era así cuando era niño pero eso fue cuando tenía 5 años, justo antes de muriera mi mamá.
Camine por unos 20 minutos y aquí me encontraba al otro lado de la acera de la casa Violetta mi mejor amiga, veía la casa fijamente si ir o no ya era la tercera vez en la semana que venía aquí, y sabía que Violetta y su mamá no me diría que no podría quedarme ahí, pero a su papá no le agradaba del todo, así que no sabía si me podría quedarme ahí esta noche o no.
Sin darme cuenta había caminado hasta la puerta de la casa, solté un suspiro pesado y levante la mano para tocar la puerta pero me detuve apenas mi puño iba tocar la puerta, baje la mano y solté otro suspiro y me di la media vuelta y me empecé a alejar pero me detuve al escuchar la puerta abrir y el grito de Violetta.
-¡si mamá!- escuche el grito de Violetta, que gritaba hacia el interior de su casa.
-¿Ethan? – Me llamó solté un suspiro muy leve y volteé a verla – Hola Vi....- dije levantado la mano
Ella solo soltó un suspiro -¿Qué paso ahora Ethan?- desvié la mirada – lo de siempre Vi, tuve una discusión con Roger y con su zorra y pues me fui y no quiero regresar...- Violetta solo me vio con una mirada de preocupación y solo le di una sonrisa triste – Como sea Vi, ya me voy no quiero que tengas problemas con tu papá- le di una sonrisa y me di la vuelta para irme.
-Ethan no debes irte, puede que a mi papá no le guste que estés aquí en la casa pero dudo que haga algo para echarte de la casa si mamá te deja quedarte - Violetta me regalo una sonrisa y yo se la devolví – Gracias Vi – y entre a su casa un poco más animado.
Lo primero que vi al entrar a la casa fue al papá de Violetta que estaba sentando enfrente del televisor viendo un partido de football con una cerveza, el solo me volteo a ver con odio.
– Buenas noches señor Martínez – le dije pasando por donde él estaba, solo siguió viéndome con odio y solo soltó un bufido y volvió a ver el televisor, yo solo seguí mi camino hacia la cocina para ir a saludar a la mamá de Violetta
– Buenas noches señora Martínez - ella volteo a verme y me sonrió de una forma amable
– Hola Ethan, ¿Cuántas veces debo decirte que me llames Clara y no señora Martínez? – solté una pequeña risa al escuchar eso, siempre lo decía cuando la llamaba señora Martínez
– Lo siento, es una costumbre- le dije sonriéndole
– Y ¿Qué es lo que te trae por aquí?- en cuanto dijo eso mi semblante se tornó triste
– Lo de siempre, me pelee con Roger y su esposa y pues me hecho de la casa como siempre lo hace - Clara solo me vio con tristeza y con algo de enojo, el enojo era normal no era secreto que Clara no le agradaba mi papá, no le parecía en la forma en como me trataba o lo que hacía cuando se enfadaba con migo.
– No entiendo ¿cómo es que un padre puede echar de la casa a su hijo cada vez que se enfada con el eso no es ser un buen padre y menos que permita que una zorra cualquiera trate así a su hijo- solté una risa cuando escuche la queja de Clara, me precia muy gracioso que cada vez que se enfadaba empezaba a hablar en español y aunque pensaba que no entendía lo que decía si lo entendía ya que Violetta me había enseñado a hablar español cuando teníamos 8 años.
Una vez que Clara había dejado de quejarse me dijo que no había problema que pasara la noche en la casa y agradecí por esto porque si no hubiera dormido aquí lo más probable es que hubiera dormido en la calle, después de agradecerle a Clara por dejarme dormir aquí me dirigí a la habitación de huéspedes que prácticamente era mi habitación.
En el camino a la habitación me encontré a Camila la hermana menor de Violetta, era una niña de 5 años, al verme ella fue corriendo a hacia a mí y me abrazo me solté del abrazo y la cargue
– Hola princesa, cada día estas más grande y pesada – le dije mientras le hacía cosquillas
– Ya Ethan - me dijo entre risas.
Una vez que la baje la llave a su cuarto para que fuera a dormir y me dirigi a la habitación.
Mientras acomodaba las pocas cosas que había traído de mi casa Violetta entro a la habitación – ¿Cómo estás?- la vetee a ver algo confundido por la pregunta - ¿a qué te refieres?-
-Me refiero a lo de tu papá – me pregunto preocupada – Oh... por lo de Roger, pues estoy bien la verdad estoy acostumbrado a que ese imbéci....- no pude terminar de hablar cuando Violetta me había abrazado desconcertándome un poco el abrazo, pero se lo correspondí a los pocos segundos.
– Odio como te trata ese imbécil- me dijo con un tono molesto lo que me pareció cómico ya que Violetta casi no maldecía, casi no
– bueno bienvenida al club, no cobramos mucho por la membresía- ella solo soltó una risa después de unos segundos me solté del abrazo y le revolví el cabello
– ¿quieres que te ayude a acomodar tus cosas? – Me pregunto limpiándose una lagrima
– No ya termine pero gracias por la ayuda Vi, mejor ya ve adormir mañana tenemos que ir al instituto – ella me miro con gracia y se rio levemente y ya sabía porque se reía.
– Pero Ethan tu ni siquiera entras a clases- le saque la lengua de manera divertida mientas le aventaba una almohada a la cara
– Ya lo sé tonta, pero alguien te tiene que acompañar en el almuerzo y de regreso a tu casa- ella disimulo estar enfadada pero se le escapaba la risa
– ¡Hey! no digas eso, lo dices como si no tuviera amigos-
-claro que tienes amigos, me tienes a mí y a esa chica de cabello de colores y al otro chico raro que le gustas- Violetta solo rodo los ojos
– ya te dije que sus nombres son Lily y William – rodé los ojos restándole importancia
– si ya lo sé la chica y el chico raro tienen nombres- ella me arrojo la almohada
– eres un tonto ¿lo sabias?- lo dijo en un tono de burla
– si lo sé pero solo en ocasiones- le dije son una sonrisa boba Violetta solo rio y salió de la habitación, antes de salir volteo a verme y me sonrió
– Buenas noches Ethan- le regrese la sonrisa – Buenas noches Vi – dicho esto Violetta salió de la habitación y yo apague la luz y me fui a dormir.
-Mañana será mejor que hoy- dije antes de dormir.
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Negro Y Rosa
Teen FictionLas personas que te odian no siempre son las que te llevan a la perdición, a veces quienes lo hacen son personas amadas. Como la familia.