Capitulo 15: Opacas conciliaciones

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Ya han pasado al rededor de 2 semanas desde que mi madre dejo el hospital, por el momento todo parece estar tranquilo como si hubiera sido un mal sueño todo lo que paso y lo que me asombra es la actitud de mi madre, ya que pensé que estaría enojada y decepcionada.

-Se que a simple vista no parase ser de las estrictas y duras, pero mi madre es de las antiguas donde su palabra es lo que mas vale, sin importar que no tenga la razón.-

Mientras caminaba por la calle platicando por teléfono con Alejandra, se me ocurrió la brillante y estupida idea de preguntarle lo siguiente.

Leo: este Ale dime ¿ sigues molesta por ocultarles lo sucedido?

Ale: quisiera poder enojarme con migo , pero se que eres así.

Leo: Perdón.

Ale: eres injusto, sabes que no podemos enojarnos contigo por tu forma de ser ¿verdad?

Leo: eh ¿como? espera ¿no estas sola?.

Ale: no. estoy con las demás nos reunimos para ir a comprar algunas cosas.

Leo: oh ya veo, estriben dile a las demás que me disculpen de mi parte.

Después de eso me fui a mi casa y sin hacer algún tipo de ruido me subí a mi cuarto y me tumbo pensando en un montón de cosas, el tiempo pasaba volando mientras que mi mente se trataba de calmar pero como tenia, no logro relajarme ni por un momento, mi animo comienza a recaer sobre mis hombros sin previo aviso, me paro de mi cama y comienzo a observar por la ventana y para la peor de mis suertes a comenzando a llover, logro escuchar los rayos caer junto con la lluvia, me quedo mirando fijamente al vacío, preguntándome si poder pasar de todo esto, el accidente mi madre, las discusión con mi hermana y las preocupaciones que les acusan a mis amigas y a mi familia.

Todo se va desvaneciendo delante mío, es como si mi seguridad y confianza hubieran bailado con la muerte, me siento cerca de la ventana para quedarme mirando la lluvia, me pregunto si ahora me verán de manera diferente, espero que no sea así ya que perder a una de ellas seria una de las peores cosas que podría pasarme, no quisiera imaginarme el decir adiós a una de ellas, mi mente comienza a procesar las imágenes mas horribles y realistas en cada caso, las imágenes se visualizaban en mi mente y sin darme cuenta noto húmedos mis ojos, lentamente llevo mi mano derecha hacia mi rostro para limpiarme, al sentir mi rostro siento como las lagrimas se van deslizando por mi cara hasta llegar a mi mano, me quedo en silencio sin poder contener mis lagrimas solo cierro los ojos lentamente y me comienzo a lamentar en mi mente.

-Si seguías pensando que todo podría ser alegrías y risas, permíteme decirte un profundo no, lamentablemente esta no es una de esas historias donde....perdón si llego a ser ofensivo, pero esta no es una de esas historias donde el chico fugaz se encuentra con la chica deseada y son risas y amor siempre, puede que haya momentos así pero bueno sigamos.-

La soledad acompañada de la tristeza eran mis únicas compañeras, me levanto de la silla y abro la ventana por un momento para poder sentir la brisa de la lluvia pasar sobre mi rostro, es algo reconfortante en este momento el escuchar como llueve, aunque mi momento de depresión cae cuando escucho la voz de mi hermana llamarme.

Lo mejor será que me de prisa en contestarle antes de que pierda la paciencia, me dijo hacia la puerta de mi habitación y con una voz quebrada y suave le contesto.

Leo: ¿Que pasa hermana?.

Camila: Baja a cenar.

Leo: Ahorita voy dame un minuto.

Camila: ¡Maldita sea me enfermas ! ¡Hasta cuanto vas a seguir estando como una sabandija botada sin hacer nada!.

Leo: Déjame en paz solo necesito calmarme.

Sueños de LujuriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora