"Conociendo al amor de tú vida"

Día de a cuatro

A veces pienso, “¿De dónde mi hermana saca tantas ideas?”, “¿Seré de otra familia?” “¿Algún día iré a Disneyland?” “¿Cuánto se demorara una persona en llegar a la luna caminando?”

Los chicos se fueron y cada una partió a embellecerse.

Fue sumamente democrático el turno de ocupar el baño, por nada del mundo de les pase por la cabeza la idea de que se armo la 3° guerra mundial, porque todas querían entrar al baño de las primeras. ¡Para Nada!

Ya que perdí, me tuve que quedar limpiando la harina del pasillo, como toda cenicienta que soy. (Aun espero a mi príncipe, que venga con muchos pares de zapatos.)

 -Libre soooooooooooooooy let it goooooo.-

Pachamama, que alguien la calle.

-Caro, tus intentos de cantar una misma canción en dos idiomas, ¡DA PENA!- Le grito a través de la puerta.

-Cállate sirvienta, y limpia.-

Maldigo a mi equilibrio.  Estoy limpiando porque hicimos un estúpido juego, que consistía en que todas nos pondríamos en un puro pies, y la primera que perdiera el equilibrio debía limpiar. Yo perdí.

Una vez que acabe con la escena del crimen, fui libre para ir a darme un baño y ponerme ropa decente.

-Let it gooooo,  let it goo-.  Cante entrando al baño

Al fin, luego de quince minutos  estoy presentable y olorosita. Creo que hoy será un día movido, por lo que opte por ponerme un pantalón de jeans sencillo y cómodo, zapatillas (por si teníamos que salir arrancando)  y una polera manga tres cuartos con las mangas de un color diferente que el del resto de la polera.

Mientras las chicas están haciendo no se qué cosa, me voy a la habitación de rizos y alimento a mi gata gatuna.

-Ay margarita, debes estar realmente aburrida mi amor. ¿Quién es mi gatita mas pechocha del todo el mundo?, si tu lo eres, tu lo eres.-

Me recuesto en la cama con ella entre mis brazos y la acaricio, dándole todo el amor que no le he dado en estos días. Hace un rato hable con mi mamá y según ella quiere que sea pasado mañana para poder volver a ver a mi gata. Ni siquiera menciono que me extraña, que no mencionara a Caro no me sorprendería, la casa sin ella es tan tranquila, ¿pero yo? Que soy el sol de su mundo, la luz de su vida, la alegría de sus días, eso es inaceptable.

En algún momento debo haber recaído en los brazos de Morfeo, porque me despierto por un fuerte golpe en la cara.

-¿PERO MIERDA?- Exclamo exaltada.

-Vamos __________ que vamos a ir a comer afuera y luego, bueno, ya sabes los planes de la agente 008.- Me explica Leo

-¿Qué hora es?- Pregunto mientras estiro todos mis músculos, pareciendo ballena fuera del mar.

-Son un cuarto para las tres pm.-

He dormido casi dos horas, que me sirvieron para recobrar todas las energías perdidas en la mañana.

-¡Vamos, mi estomago pide alimento! – Me grita Leo

Casi corriendo salimos de la habitación y nos encontramos con las dos ancianas esperándonos para salir.

-Vamos wey.-  Nos apremia Caro.

Nos gustan los acentos. Es lo único que diré respecto a eso.

Salimos de nuestra  habitación- mansión y nos dirigimos al ¿estacionamiento?

-Y… ¿Se robaron un auto?- Pregunto

Nosotras llegamos sin vehículo, y no he visto que fuesen a casa a buscar el de la mamá de Anto y Leo o el de mi mamá.