capitulo 2

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-¿Como murió tu padre?- me pregunto.

-Mi padre murió en un incendio... -dije sin expresión alguna. -El incendio empezó por una vela, nos habían cortado la luz. Mi hermano estaba en casa de mi abuela con mi madre, cuando empecé a oler el humo yo estaba en mi habitación.-

Mis lapices de colores estaban regados en el suelo, todavía no sabía de que color pintaría el tejado de la casa de mis sueños ¿Rojo como la sangre? ¿Negro como la noche? ¿Gris como los sueños perdidos?
Y en ese instante lo vi, una nube de humo negro se deslizaba por debajo de la puerta, tome mi oso de peluche, abrí la puerta con lentitud, las llamas lamían las paredes de la sala, el temor se instalo en mi pecho, trate de moverme pero mis pies estaban anclados al piso, mis dedos sujetaban como tenazas el animal de peluche en mis manos.
De pronto me fije en la puerta que daba al pasillo, se abrió bruscamente mostrando a mi padre, sus ojos recorrieron la habitación con rapidez hasta conectar conmigo.

-Pao ven. -me llamo él extendiendo una mano hacia mi.

Nos separaba la gran sala de estar y las llamas que a cada segundo se acercaban más a mi, sin embargo no pude moverme, el miedo me paralizo.
Mi papá al ver que no me movía corrió hacia mi, tomo mi mano y me empujo hacia la salida. Mis pulmones pedían a gritos aire puro, el asfixiante humo no me dejaba respirar.
Por fin mi cuerpo me obedeció, empecé a correr por el pasillo por delante de él viendo como los demás departamentos estaban en llamas. Cuando estaba a punto de bajar las escaleras de emergencia un ruido seco llamo mi atención.
Mire sobre mi hombro y mi corazón se apretó al ver que una viga en llamas había caído dificultandole el paso a mi padre.

Papí!-llore acercandome al momento que el gritaba:

-¡No! No te acerques, ¡Vete! - el humo me dificulto la vista.

Unos pasos resonaron, venían de las escaleras, dos hombres uniformados entraron, uno de ellos me tomo en brazos a pesar de mi esfuerzos por liberarme.

Tenia que ayudarlo, necesitaba ayudarlo. Mis gritos no se detuvieron cuando me dio un sonrisa triste a través de las llamas, no pare de gritar cuando estuve fuera de los departamentos y sentí que unos brazos me rodeaban. Patalié, lloré y lance golpes hasta que me soltaron, solo para escuchar.

-No hay nadie con vida adentro. -dijo un hombre mayor.

Mis rodillas tocaron la fría acera, mi cuerpo tembló ante los sollozos, ella me abrazo aunque no podía con su propio dolor me abrazo. Grite y lloré contra su pecho, él no... Él no podía estar muerto. No.

Me negaba a creerlo aunque mi pecho doliera ante la verdad, lo necesitaba.

Ese día 9 de Febrero, todos los periódicos anunciaron la muerte de un bombero y 5 personas reconocidas como;
Liam Beckett.
Wesly Fillon.
Albert Walker.
Nina Peters.
Andrew Wester.

-¿Que edad tenias? - pregunto la chica de cabello negro.

-7 años -suspire ignorando las lágrimas que manchaban mis mejillas.

-Han pasado 16 años-. comento devolviendome a la realidad.

-Supongo que él para mí también era como mi estrella. -le dije en voz baja haciendo que soltara un par de lágrimas.

Cuando el cielo se queda sin estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora