LISA
Justin y yo nos sentamos en el sofá cuando todos se fueron. Caímos en un gran silencio, ninguno de los sabía como empezar a hablar. ¿Qué se supone que tengo que decir? Siento como si estuviera apunto de hablar con un extraño- ¿Por qué nos dejaste? ¿Por qué me dejaste? -puede ver de reojo como me miraba con una mueca en su boca.
-Tenía que hacerlo -esperé a que prosiguiera pero no lo hizo.
-¡¿Es todo?! -me levanté del sillón, histérica. Dejé caer mis manos sobre mis muslos.
-¿Qué es lo que quieres que te diga? -se puso de pie también. Lo miré incrédula y rodeé los ojos.
-¡Puedes siquiera explicarlo! -negó pasando su mano por su cabello y desviando la mirada para evitar la mía- ¿Por qué? ¡Oh, ya sé porqué!, te importa más quedar intoxicado, no es así -volteó rápidamente a verme, dolido.
-Lisa... -comencé a darle empujones en el pecho pero él detuvo mis manos tomándome de las muñecas.
-No te importó dejar a mamá o a mí... -forcejeé tratando de deshacer su agarre.
-Lisa -la voz de Jonathan hizo que volteara a su dirección-, es suficiente. Vamos a arriba -tomó mis hombros acercándome a él y deshaciendo el agarre de Justin. Asentí. Pasó su brazo por mi hombro para ayudarme a subir las escaleras. Una vez en el cuarto me senté en la cama mirando el suelo-¿Estás bien? -preguntó. Suspiré y después asentí.
-Es un completo idiota -aguanté en decir una grosería. No quería llorar frente a Jonathan pero que mi hermano haya regresado después de dos años y que sea tan egoísta me dolía. El chico se sentó a mi lado estiró su mano hasta la mía y la tomó, su acto me hizo sentir un tanto sorprendida. Sonreí mientras limpiaba mis lagrimas de mis mejillas con mi mano libre-. Tu mano esta sudando.
-Lo sé -reí. Miré nuestras manos y después al él de nuevo.
-Gracias -le sonreí.
-¿Por qué? -preguntó extrañado.
-Ohh -la voz de Betty nos interrumpió e hizo que miráramos al maco de la puerta donde se encontraba ella y Henry-... Lamentamos mucho interrumpir -hizo una mueca-. Mi tío quiere que alguno de los dos acompañe a Henry al supermercado. Lo haría yo pero tengo que hacer otras cosas -dijo encogiéndose de hombros.
-Yo voy -me levanté. Necesitaba despejar mi mente, dejar de pensar en mi hermano. Jonathan me tendió las llaves del auto. Las acepté. Caminé para reunirme con Henry. Ambos llegamos al auto en silencio.
-¿Tu conduces? -negué entregándole las llaves. Era la primera palabra que él me había dirigido en en toda la semana.
Se subió al carro y yo igual. Me miró antes de acelerar-¿Qué fue eso? -pregunté extrañada. Dijo que no con la cabeza dejándome con la duda. Rodé los ojos y miré por la ventana. El sonido de una melodía desconocida inundo mis oídos. Miré a Henry de nuevo cuando soltó una palabrota-¿Qué pasa? -da un golpe al volante todavía mirando el camino.
-Allá hay unos policías -indicó con la cabeza. Dije la misma grosería que él.
JONATHAN
-¿Cómo vas con Lisa? -pregunta Betty cortando un arbusto seco que estaba en el jardín.
-Bien -le sonreí-, aun que... me sigo poniendo nervioso con ella -dejó de hacer lo que hacía y se sentó para escucharme-. Es decir, es mi primera relación y no tengo ni la menor idea de que hacer -no me sentía cómodo sintiendo eso.
-Sólo déjate llevar, las relaciones son para ser feliz -asentí dándole la razón. Mis pensamientos estaban dudosos, pero prefiero no hablar de esto ahora.
-¿Qué hay de ti? No sé nada sobre ti -cambié de tema. Ella hizo una mueca.
-Me gusta el chocolate, no me gusta el queso -la miré extrañado. Eso significaba que no comía pizza-. Voy a cumplir diecinueve años -agarré aire para preguntarle algo, sin embargo, prosiguió contando cosas sobre ella-. Sigo siendo una persona inmadura para mi edad. Ayer besé a Henry. Nunca he probado las cerezas...
-¡Espera! ¿Qué fue lo que dijiste?
-No he probado las cerezas -le di una mirada incrédula-. ¡Bien! Ayer él y yo tarareamos la misma canción, nos pareció divertido. Después comenzamos a hablar y pues sólo pasó -se sonrojó para después rodar los ojos-. Me contó lo que pasó con Lisa y ese tipo que la secuestro, también me dijo cómo es que llegaron hasta aquí.
-Es lo más loco que Lisa me ha hecho hacer -me senté a su lado.
-Todos hemos hecho cosas locas por personas que realmente queremos -rió.
El hermano de Lisa salió y después se acercó hasta nosotros-Victor quiere verte -habló hacia Betty, la chica se levantó y a toda prisa se adentró a la casa. Justin me miró de abajo hacia arriba con desagrado-. Aún eres el perro faldero de mi hermana -dijo viéndome directo a los ojos. Rodeé los ojos. Él seguía siendo el mismo idiota de siempre. Dejé el asiento en el que estaba para irme de ese lugar en cuanto antes-. ¡Oh, vamos! ¡Sólo estoy bromeando! -corrió hasta alcanzar mis pasos y me abrazo por los hombro. Suspiré de cansancio- ¿A caso te dolió en tu va...? -lo interrumpí porque ya no lo aguantaba más.
-¡Basta! No te agrado, no me agradas, que te parece si no nos volvemos a hablar nunca más en nuestras vidas -me dio una mirada "dolida" mientras se tocaba el pecho y abría la boca exageradamente. Con una sonrisa en su rostro y una palmada en mi hombro, se despidió. Espero que esta vez sea para siempre.
LISA
Con nerviosismo Henry bajó el vidrio de vehículo para poder hablar con el policía-Buenas tardes jóvenes, estamos revisando los coches porque nos reportaron que por esta zona hay trafico de sustancias nocivas. Podrían salir por favor -ambos lo hicimos. El oficial sacó de su auto un perro. Abrió todas las puertas del coche e hizo que el animal olfateara-. Está todo despejado, disfruten su paseo -nos sonrió. Me echó un vistazo a mí y frunció el ceño-. Te pareces a la chica que fue reportada como desaparecida la semana pasada.
-Si, no sé de que está hablando -me subí de nuevo-. ¡Vayámonos ya! -Henry arrancó de nuevo alejándonos de ese lugar.
-Estuvo cerca -suspiré pesadamente cambiando la canción de la radio. Poco tiempo después llegamos a esa tienda. Los dos entramos, yo esperé a Henry en el pasillo de dulces mientras él buscaba lo que le había pedido Victor-. Malas noticias -vi a Henry acercase hasta mí-, no hay lo que Victor quiere pero no vinimos en vano -mostró sus manos que estaba detrás de su espalda con dos botellas de whisky escocés.
-No van a venderte eso, eres menor de edad -tomé un chocolate de la barra.
-Sí, soy menor de edad, sin embargo, tengo dinero para sobornar -se encogió de hombros, me sonrió y se dirigió a pagar el alcohol.
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The day everything went to hell ¡EDITANDO!
Ficção AdolescenteLisa está harta de sus padres. Por lo cual, ella decide fugarse de casa. Jonathan, es su mejor amigo. Es un chico nervioso,que piensa que estará mejor en casa con su madre. Sin embargo, él está cansado de la misma rutina de siempre. Exhausto de la s...