Capitulo 3- No hagas llorar a la manzana

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Wirt estaba en su quinto día en lo desconocido sirviendo a la criatura más temible del lugar, la gente siempre que escuchaba el nombre de la bestia soltaba un suspiro de terror y temblaba de miedo sacando a la luz muchas cosas horribles de aquel ser malignó, un ser sin corazón que asecha en la oscuridad a personas perdidas sin rumbo para no dejarlos regresar, dicen que jamás debes fiarte de la bestia ya que en un árbol te puede convertir y consumirte en su linterna. Wirt había experimentado varias de aquella cosas, pero habían otras que no eran del todo cierta.

Wirt caminaba como siempre dando vueltas en el inmenso bosque de Edelwood en busca de leña, tenía varios troncos y ramas que sujetaba debajo de su axila mientras que con la otra mano sujetaba la linterna para guiarse con la luz. Siempre estaba oscuro. Wirt de un momento a otro escucho bruscos movimientos y veloces pasos a su alrededor, donde la linterna no podía llevar más lejos la luz, a pesar de que Wirt sabía de quien se trataba por el susto dejo caer las ramas y troncos que anteriormente había recogido.

-Creo que deberías de usar algo para transportar más leña que no sean tus inútiles brazos-hablo la criatura con voz neutras y dominante.
-Lo siento...-como si aquel lamento arreglara todo Wirt dejo la linterna en el suelo y volvió a recoger la madera. La bestia noto a Wirt algo pálido y débil ya que la manera en que se apoyaba en sus pierna era demasiado forzada.
-No te ves bien peregrino... ¿Acaso comiste algo podrido?
-¿Comer?-la criatura al escuchar el ingenio y estúpido tono de voz que usó el chico se quedo en silencio un rato largo hasta que replico-Date prisa y haz más aceite.
-¡Espera!-Grito Wirt haciendo que la criatura no se fuera y mostrara sus blancos ojos luminosos y haciendo tragar en seco al adolescente- si voy a estar toda mi vida sirviendote a ti... Es justo que al menos, una vez pueda verte-hablo por primer vez en varios días con seguridad, refiriéndose a que quería ver la verdadera forma de la bestia, verlo a la luz y no dentro de la oscuridad.
-Créeme, tu no quieres eso-hablo con reproche la grave voz.
-Pero...
-Sólo haz lo que te ordene-no lo dejo terminar y se fue dejando a Wirt en medio de la oscuridad aún encogido del miedo por el reproche.

Tomó toda la leña que podía y volvió al viejo molino para hacer más aceite, como lo había hecho en estos días y como debía hacer el resto de su vida. Dejo la madera a un lado y se recostó cerca de la chimenea para darse algo de calor, su vista se fijo en un montón de manzanas que había cerca de la ventana que estaba abierta, era una pequeña montaña de manzanas, y estaba muy seguro que no había sido él ya que en estos días no se le había pasado por la cabeza alimentarse, a penas había bebido ya que su lengua y garganta se lo pedían a la fuerza, pero el hambre la había ignorado por completo. Se acercó a las manzanas y las olió sólo por si acaso, pero estaban completamente sanas y frescas ¿Quien las había puesto ahí?

-Podría ser...-no, o quizás tal vez, sólo tal vez la criatura malvada que lo tenía aprisionado le llevo aquellas manzanas.

Tomó una en sus manos y la miro confundido ¿acaso se interesó en su estómago? Claro que no, si el chico que esta manteniendo viva su alma se está debilitando, como espera que lo mantenga vivo si no puede ni siquiera cuidarse a el mismo, debe mantener al chico vivo para que él lo mantenga vivo a él. De todas formas, Wirt estaba agradecido por aquel regalo, y comió con ansias las manzanas jugosas que tenían un apetecible color rojo. Esta acción, por más que le sorprenda estar alegre en esta situación, le hizo sonreír. ¿Porque?

Beauty and the beastWhere stories live. Discover now