Capitulo 10- Más allá del jardín

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La bestia vagaba decaídamente por el bosque no muy dejos de donde se despidió de Wirt, sin duda extrañaría al chico, el fue la única persona que se atrevió a ver a la bestia completamente y no salir corriendo cuando se mostró, le brindo afecto, cosa que hacia años nadie le había dado, y sobre todo, por más ridículo que suene le hizo un corazón, o le ha mostrado que puede tener uno ya sea suyo o artificial. ¿Hizo lo correcto no? Nunca se habría perdonado el dejarlo morir aquí, y aún no se estuviera transformando en un árbol, igual lo abría dejado ir, aún estuviera su adorable mirada, su nerviosa y rara forma de ser y su cariño que no le daba vergüenza mostrárselo al ser más maligno de lo desconocido. Y aún así no estuviera muriendo igual lo liberaría ¿porque razón hubiera sido eso?

-Porque lo amo...-susurró la criatura hablando para sí mismo. Luego, un extraño sonido lo sacó de sus pensamientos y miro el provocante de este. La bestia se quedo viendo a la pequeña rana que le parecía familiar, habían muchas ramas en lo desconocido que incluso llevaban traje, pero estaba seguro de que conocía a esta.
-Tu eres la rana de Wirt-le hablo al animal como si fuera a contestarle-espero que aún no se haya ido-tomó al pequeño animal con una mano y entre el bosque rápidamente busco al pequeño peregrino que dejo antes atrás, no sabía como entregarle la rana cuando lo viera, si cara a cara o sólo la dejaría junto a él sin que este notará su presencia, ya que sentía que si Wirt lo miraba con sus grandes ojos y dulce voz cambiaría de opinión.

Le tomó un largo rato su búsqueda, no debería estar tan lejos ya que el chico caminaba con desganas ¿y si ya se fue? Esa pregunta cayo abajo cuando vio al chico llenos de ramas junto a un árbol.
-¡Wirt!-el chico no respiraba, dejo a la linterna y rana de lado sin importarle cual fuera su rumbo y se acercó velozmente al chico quien tenía raíces hasta el cuello, toco su cara, estaba muy fría, tan fría como la suya.
-Wirt... Despierta...-suplicaba como si eso fuera a resolver algo.
-No despertara, esta muerto-escucho una ronca y maliciosa voz detrás de él. La bestia bruscamente se voltio a ver quien era, encontrándose con una horrible bruja.
-Que se supone que haces aquí-hablo amenazante la criatura oscura.
-Me alimento de su pena, pobre chico, estaba tan triste que fue inevitable aprovecharme de él-reía la bruja que parecía aumentar su tamaño cada vez más.
-Tu... ¿¡Que?!-la bestia se alejó un poco de Wirt para empezar a hacer bruscos movimientos y expandiendo la oscuridad alrededor de la bruja la cual retrocedió. La criatura mostró sus ojos brillantes, que tenían toques azules, rojo y amarillo, espantando a la anciana la cual en un resbalo cayo en el arrollo que estaba cerca y al tocarle el agua se desintegro.

Al ver que la anciana se desvaneció gracias al agua, fue deprisa a ver a Wirt que aún seguía muy quieto, se estaba convirtiendo en otro árbol de tantos en Edelwood y la bestia no pudo sentirse más culpable que antes, todo esto fue su culpa, todo

-Wirt...-rodeo su cuerpo entre su oscuridad como si lo estuviera protegiendo y de alguna manera darle calor, a pesar de él ya no podía sentirlo-Te amo... Mi pequeño peregrino...-le susurró al cuerpo del chico como si eso fuera a parar la transformación, esa palabra, que al decirla es tan insignificante pero esta llena de significado. Aquella palabra la bestia jamás pensó decirla ni aunque estuviera al borde de la muerte, pero un chico, un simple chico a quien llego a querer, le obligo a decirla, perdiendo en ese momento su orgullo, y sobre todo, su eterna maldad.

Beauty and the beastWhere stories live. Discover now