Capitulo 6

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Ella entró a su habitación. Su cabello casi había crecido completamente ahora, y esta vez estaba bien afeitado, con los ojos cerrados y parecía como si estuviera dormido. Nina acercó una silla y se sentó pesadamente al lado de la cama, apoyada en la baranda de la cama y cerrando los ojos.

La habitación estaba en silencio. Todo lo que podía oír era el sonido de los latidos del corazón de Johan en el monitor.

"Hoy es el último día que te veré", dijo Nina. Se inclinó hacia adelante y presionó su mano en la frente de Johan. Tenía el pelo suelto y ella apartó los mechones sueltos de su cara, haciendo una pausa para dejar que sus dedos se demoraran en su mejilla. "No mentí cuando dije que te perdonaría. Pero esto es muy difícil", dijo Nina, y su rostro se tensó. "No puedo ser una buena hermana para ti nunca más. No creo que pueda".

El latido del corazón fue lento, constante. Suavemente, Nina acarició su frente, luego dejó que su mano descansara sobre su pecho, sintiendo la lenta subida y bajada de su respiración. "Quieren meter un tubo de alimentación", dijo Nina, y dejó que su mano se arrastrara hasta su estómago, un movimiento materno ausente. "Dijeron que tenía que tomar una decisión, pero no quiero que tengas todos esos tubos", dijo Nina. "No quiero que mueras como un monstruo, también".

El monitor seguía parpadeando. En silencio, Nina se sentó, luego tomó su mano. Sus dedos estaban flojos y fríos, y lentamente ella masajeó su palma entre sus manos.

Ella se durmió con su mano agarrada a su mejilla. Pasaron unos momentos, y ella lo sintió: el pequeño rizado de sus dedos alrededor de su muñeca.

"¿Johan?" Nina se sentó. Ella buscó en su rostro, buscando algo, un signo de vigilia o movimiento determinado. Pero no había ninguno. Su mano todavía estaba flácida e inmóvil. Debe haber sido un sueño.

Más tarde, después de que Johan escapara y las autoridades correspondientes fueron notificadas, Nina se sentó en su cama, aturullada. Su escape había conmocionado a todos menos a ella.

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