Pasaron 16 años, y Rellhok ahora era gobernado por los reyes provenientes del reino vecino, quienes vivían en el palacio junto con su único hijo.
En el pueblo se sembraba el terror, pues quien desobedeciera las reglas recibía castigos espantosos, que inclusive podían llegar hasta la pena de muerte.
Además, al enterarse los reyes invasores de que la pequeña princesa había escapado, y que al cumplir la mayoría de edad podría volver para ocupar el trono, ordenaron a todos los soldados ir en busca de ella, y a la gente del pueblo reportar si la veían. Encontrarla en el pueblo sería sencillo, pues solo ella tenía ese hermoso color de cabello y ojos.
Mientras tanto, la sirvienta y ahora joven Rapunzel seguían viviendo en la misma vieja torre, aunque claro, con algunas modificaciones; lo que antes solía ser una sala fría, se convirtió en una cálida sala de estar, y con un poco de limpieza y trabajo, las habitaciones se habían convertido en lugares muy cómodos. Además, para evitar que extraños que pudieran encontrar la torre entraran a ella, Dalia selló la puerta principal dejando como única entrada el balcón del frente de la torre, el cual se encontraba a 140 metros del piso.
Para que Dalia lograra subir hacia el balcón, Rapunzel dejaba caer su larguísimo cabello dorado – el cual había crecido descomunalmente en los últimos años – al escuchar que era llamada de la siguiente manera:
– Rapunzel, Rapunzel, deja caer tu cabello.
Sin embargo, Dalia nunca le contó a Rapunzel sobre su pasado, así como nunca la dejó dar un paso fuera de la torre.
– Es peligroso salir – Aseguraba ella – en cuanto lo hagas muchas personas tratarán de lastimarte.
Aún así, Rapunzel soñaba con ver el mundo fuera de la torre.
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La otra historia de Rapunzel
FantasyEsta es una historia inspirada en el cuento original de Rapunzel, sin embargo, no es una historia dulce como antes la conocíamos. La protagonista desconoce su pasado y un final feliz parece imposible.