Cannibal || ᶜʰᵉᶰˢᵘᶰᵍ

2

Dos golpes en la puerta fueron suficientes, ni siquiera fueron golpes fuertes, Jisung sintió apenas rosar la madera con sus nudillos. Aún así alguien salió a atenderle al mismo tiempo que un rayo de tormenta iluminaba el cielo.

—¿Sí?

—Hola —Frente a él, se encontraba un chico levemente más bajo de estatura, sus cabellos estaban teñidos de un castaño como el de una nuez y las raíces rubias se escapaban de su cabeza como el sol en la madrugada. Sus ojos eran negros, tan profundos como la punta de un crayón de aquel color, su piel era blanca, como la leche más cremosa y sus labios, los que más resaltaban, tenían un rojo tan intenso como una manzana madura— Uhm... estoy buscando a Na Jaemin, yo-

—¿Eres su amigo? —El chico arqueó una de sus cejas perfiladas, Jisung asintió delineando la perfecta forma de estas con sus ojos, luego negó rápidamente y retrocedió avergonzado por estar mirando tanto al chico.

—Soy... soy amigo... ¡Primo! ¡Soy primo de uno de sus amigos! Yo, uhm... yo me preguntaba si él no estaba aquí. Mi tía está preocupada.

—¿Cómo se llama él? —Otro trueno iluminó el cielo, Jisung saltó del susto y el otro chico rió, sin preguntar, se hizo a un lado para dejarlo pasar.

—Jeno —Park aclaró su garganta rascándose la nuca mientras entraba— Lee Jaeno, pero todos le dicen Jeno.

—Oh —El castaño asintió y se acercó a encender la calefacción, Jisung avanzó con cautela por la casa detrás del otro— Creo que sí lo conozco, estuvo aquí alguna vez. Jeno, Jeno... —Se golpeó la cabeza suavemente tratando de hacer memoria, pareció encontrar la respuesta pocos segundos después y por ello sonrió con triunfo— ¡El novio de NaNa! ¡Ya recuerdo! Estuvo aquí ayer, pero no lo he vuelto a ver desde entonces. 

Él chico puchereó, Jisung sintió un escalofrío en toda la columna.

—¿Puedo ver a Jaemin?

—No —Sonó autoritario, con fuerza, su puchero cambio a un semblante serio por unos momentos, quizás dos segundos— NaNa no está, salió a pasear a su mascota.

—Pero está a punto de llover...

—Bueno, si quieres hablar con él entonces espéralo. Además, si llueve, no te podrás marchar, no te querrás marchar de todos modos —Sonrió de nuevo, el chico tomó asiento en un sofá y le indicó con la mirada a Jisung que se sentara también— ¿Cuál es tu nombre? 

—Jisung —Mustió en un susurro sentado frente al otro, le miró de reojo mientras frotaba sus manos entre sí— Park Jisung. ¿Y el tuyo?