Manager Hyung [2min]

Epílogo

1. Primera Cita

—Um, ¿qué te gustaría? —preguntó Minho en voz baja y Taemin alzó la mirada, su expresión un poco perdida.

Había estado esforzándose demasiado para no prestar atención a lo cerca que estaban, parados uno al lado del otro, solo un centímetro evitando que sus hombros se rozaran. Podía oler el gel de baño de Minho (¿o era su colonia? ¿O una mezcla?). Era un aroma almizclado, fresco y delicado, y Taemin no pudo evitar sentirlo reconfortante, tentándolo a acurrucarse en el cuello del mayor. Pero, por supuesto, era demasiado pronto para eso. Demasiado pronto. Ni siquiera se habían tomado de la mano todavía. Ni siquiera estaban saliendo oficialmente, en realidad. Era solo una cita.

—¿Tomas café? —preguntó Minho de nuevo, viendo su expresión perdida, rascándose la parte de atrás de su cuello con leve vergüenza—. Asumí que sí y te invité a un café...

La mente de Taemin finalmente volvió a la realidad.

—Latte de avellana —respondió—. Es mi favorito.

La cajera los había estado observando y rápidamente tecleó la bebida sin siquiera preguntar.

—¿Un latte de avellana y...?

Minho se volvió hacia ella, un poco sorprendido.

—Un moca de chocolate blanco, por favor.

—En seguida.

Esperaron en silencio a que prepararan sus bebidas y el incómodo silencio se rompió cuando se las entregaron cuidadosamente en una bandeja. Minho la cogió y suavemente le pidió a Taemin que eligiera un lugar para sentarse.

Tan pronto como se acomodaron en una mesa cerca a una ventana y colocaron sus bebidas frente a ellos, el incómodo silencio los envolvió de nuevo. Taemin estaba mirando su café con leche, tratando de pensar en algo, cualquier cosa, para poder empezar una conversación. Su corazón estaba latiendo tan salvajemente porque al fin estaba con la persona que tanto le gustaba... pero ahora que así era, ni siquiera podía pensar en una sola palabra que decir. Se preguntó cómo había logrado llenar de spam su fansite con casi cien publicaciones sobre Minho cuando ahora no podía decir nada.

Pero de repente lo golpeó. Una pregunta que había querido preguntar.

—¿Hyung...?

El mayor se enderezó, su rostro iluminándose.

—¿Sí...? —Había estado con un dilema similar, sin saber cómo ni de qué hablar.

—¿Cómo sabías que la cámara era mía?

Los ojos de Minho se abrieron ante su pregunta y desvió la mirada, mirando su café en vez. Comenzó después de un momento de silencio.

—Es difícil para esa cámara no llamar la atención. Especialmente cuando siempre estaba en las primeras filas de la multitud que a menudo veía. Así que sabía que era tu cámara. Simplemente no sabía quién eras. Bueno, hasta... —se detuvo, sonriendo.

Taemin se sonrojó, sabiendo lo que significaba esa frase incompleta, lo que significaba esa sonrisa. Se aclaró la garganta y miró hacia otro lado, a la calle por la ventana de vidrio.

—Estaba ebrio —respondió en voz baja—. Ese día.

Minho se rio entre dientes. La vergüenza de Taemin se le hacía demasiado linda y no pudo evitar imaginarlo escribiendo frenéticamente todas esas palabras. Nunca la había oído, pero su voz ebria era probablemente quejosa y mona. Nunca lo había visto, pero probablemente era un borracho muy cariñoso y meloso. Quería verlo todo. Realmente quería verlo todo.