U N O

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¿Qué calle era?

Miré por todos lados buscando la calle que el GPS indicaba. Avancé un poco más y vi el lugar. Iba a toda velocidad repartiendo los pedidos de "Lucy's Lunch", el restaurante de comida rápida en el que trabajo, hasta que llegué a mi destino y bajé de la motocicleta. Era una especie de Spa donde hacían masajes y tratamientos que te hacían lucir《joven, fresca y bonita》lástima que yo no pueda adquirir ese servicio pues con los gastos de la universidad y las medicinas de mi madre, me es imposible darme el lujo de lucir como una de esas modelos en las revistas o incluso siquiera verme como las demás chicas. Estoy tan acostumbrada a los pantalones holgados y a las playeras de mi hermanastro, que incluso a veces llego a olvidar que soy mujer.

Llegué a la entrada y, justo como pensé, estaba lleno de mujeres adineradas que trataban de aparentar que los años no pasaban y a presumir a sus amigas lo poderosos que eran sus maridos, compitiendo por ver quien era la que tenia los vestidos, zapatos y casa mas lujosa; lo que hizo que me dieran ganas de salir de ahí lo más rápido posible.

Yo apenas y puedo pagar la renta.

—Buenos días ¿En qué puedo ayudarle?—dijo la recepcionista, una jovencita de no más de 20, alta y de cabello largo y castaño con un pequeño lunar debajo de su labio inferior, el cual mordía.

No puede ser. ¡Esta es la quinta chica que intenta coquetearme! Me quejé interiormente.

—Eh ... Si. Vengo a entregarle esto a la señora Park—informé enseñándole la caja blanca que tenia en la mano derecha.

—¡Oh, claro! Sígueme—contestó amablemente mientras sonreía mostrando su dentadura de perfectas perlas blancas producto de la ortodoncia.

A mi no me engaña. Esa sonrisa Colgate es gracias a sus retenedores.

Salió de su puesto y empezó a caminar por el lugar, abriendo una puerta de cristal que dejaba ver el interior del edificio más allá del recibidor. Un bello candelabro colgaba del techo iluminando perfectamente el salón donde, en el centro, se encontraba un piscina con sillas para recortarse alrededor y varias señoras en estas, quienes se taparon con toallas cuando pasé cerca de ellas mirándome horrorizadas.

¡Ni que estuviera tan fea!

Como venía diciendo, yo no podría darme el lujo de visitar un salón de belleza o siquiera usar maquillaje. Mi familia está corta de dinero desde que mi padre falleció y mamá nunca tuvo trabajo por lo que la economía de la familia depende de mí. Debo ganar lo suficiente para pagar la matrícula de mi hermana Suran quien estudia para conseguir algo mejor que un montón de trabajos de medio tiempo. Gracias a tantos trabajos mi apariencia se vió drásticamente afectada, corté mi cabello para no depender de una peluquería y cortarlo por mi misma, mi cuerpo seguía siendo delgado pero estaba algo tonificada por haber trabajado en la mensajería cargando los paquetes que llegaban entre otros trabajos que requerían fuerza, y a pesar de mi metro setenta y seis decidí cambiar los zapatos lindos de damas por unos para caballero pues no había de mi número y eran más cómodos.

Fruncí el ceño ante sus miradas intimidantes y me limité a seguir a Melody, por lo que leí en su placa que colgaba de su uniforme; la chica contorneaba sus caderas exageradamente haciéndome sentir incómoda.

Si realmente fuera chico tal vez tendría mejor suerte en el ligue que siendo mujer. Y negando con la cabeza reí ante mi pensamiento.

Llegamos a la segunda planta donde se encontraba un pasillo circular; de un lado se encontraba un barandal de vidrio que hacía la función de balcón pues se podía ver la piscina de la planta baja, y del otro lado las puertas de cristal que separaban las habitaciones con los masajistas y una que otra señora recostada en las tablas en espera de que su mascarilla hiciera su función mientras estrujaban su piel.

DI QUE ERES MI NOVIO. (CANCELLED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora