T R E S

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—¡Pero qué te pasó!

Había decidido aparecer de la nada en la casa. Esta bien que voy a huir y que estoy enojada y lastimada por lo de Sung con Suran pero primero que todo soy la hija mayor y no quería preocupar a mi madre. Sabía que no tardaría en llamar cuando recién desperté en el hospital, y así fue. Cuando Nam salió del cuarto la enfermera me devolvió las pertenencias que sobrevivieron al impacto y ahí estaba mi celular con 13 llamadas perdidas de mamá y 17 de Suran a quien trataba de evitar a toda costa por lo que fui en la mañana, cuando ella estaba en la universidad.

—Solo me caí —dije tratando de sonar lo más convincente posible.

—MiSo, eso no es de "solo una caída".

Y no lo niego. En qué cabeza cabe que de una caída podría haber una herida en el brazo, varios raspones y morados por doquier. Por el contrario, parecía que me había involucrado en una de las tantas peleas que tenía con tipos que se quería pasar de listos y creían que podían ganarme en mi fuerte, el taekwondo.

—Ma, no es nada. NamJoon me llevó al médico y me han dicho que no es nada grave.—traté de tranquilizarla pues en su rostro desfigurado por la preocupación se podía ver el miedo.—Vine porque tengo que decirte algo. Creo que es tiempo de hacer mi vida, y decidí mudarme.

Silencio. Un extenso y sufrible silencio que tan solo duró un par de segundos pero que la tensión hacía que se sintiera como horas.

—Es por ellos ¿cierto?

No había forma de refutarlo, me conocía mejor que nadie, incluso mejor que yo misma.

—Quizá, no lo sé. La verdad siento que necesito un poco de tiempo para asimilarlo. Creo que tú sabías lo que sentía por él y aún así me lo ocultaste. Ma, sé que conocías la relación que ellos tenían y la verdad duele.—dije mientras trataba de controlar la extraña presión en mi pecho que cada vez era más presente.

—MiSo, no es culpa de Suran el que Sung la eligiera. Mírate, llegas con golpes por todo el cuerpo, descuidaste tu apariencia y ahora ni siquiera sé desde cuándo comencé a tener un hijo en vez de aquella niña tierna y linda que alguna vez tuve. Deja de lamentarte, hubieses aprovechado tu oportunidad cuando pudiste y no lo hiciste. ¿Crees que alguien como Sung hubiese salido con una chica como tú? Abre los ojos y ve cómo te cuidas.

No podía creer lo que decía, con cada palabra que salía de su boca las voces en mi cabeza aumentaban su volumen siendo insoportables. Mi propia madre me echaba en cara lo que ya sabía pero que me negaba a aceptar.

—¡Te piensas que no lo sé! HE VIVIDO ASÍ POR USTEDES. POR PAGAR LA UNIVERSIDAD A SURAN A LA CUAL NO PUDE IR PORQUE SE TE OLVIDÓ QUE TENÍAS HIJAS. —grité alterada. Sabíamos esa no era forma de hablarle pero mis sentimientos fueron más grandes. Tomé un respiro y continué —Me he partido el lomo trabajando como loca para poder pagar tus medicamentos y poder traer el pan a la casa. He aguantando humillaciones, noches en vela y todo para qué. PARA QUE MI PROPIA MADRE ME VENGA A REPROCHAR EL NO VERME LO SUFICIENTEMENTE BONITA COMO SU HIJA CONSENTIDA.

Bam! De un momento a otro sentí mi mejilla derecha arder bajo la palma de mi madre quien a ese punto estaba tan o más enojada que yo.

—¡No voy a permitir que me hables así! Soy tu madre y yo...

Dejó la oración al aire cuando se colocó la mano en el pecho. Parecía que se apretaba para que no le doliera nada. Hasta que se desplomó en el suelo. Corrí lo más rápido que pude para que su cabeza no cayera en el suelo mientras la desesperación se apoderaba de mi cuerpo. En ese momento se escuchó el sonido de la puerta al abrirse dejando a la vista al chico por el que mi corazón latía desenfrenado.

DI QUE ERES MI NOVIO. (CANCELLED)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora