Capítulo 3

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Doce menos cuarto de la noche. Abril esperaba en la puerta de la heladería "Via Lattea", que era donde había quedado con Marta para ir a La Sal. Antes de quedar con su amiga le había dado tiempo a estudiar un poco y a llamar a sus padres. No le dijeron nada del todo interesante. Que mamá está muy contenta con su trabajo y que papá también pero echa de menos trabajar en Granada ya que en Madrid la gente es más "sosa". Le preguntaron qué tal le iba a ella pero se limitó a decir que estaba muy agobiada con los exámenes. La animaron y no hubo más conversación.

Cuando Marta llega Abril se sorprende de verla feliz. Va vestida muy sencilla, y eso que siempre que salen suele ser de las que más se arregla, junto con Lola. Lleva el pelo recogido con una coleta, un maquillaje muy sencillo y no se ha puesto las lentillas.

- Guau –suelta Abril mirándola de arriba a abajo.– Estás preciosa.

- Gracias –dice Marta sonriendo mucho.– Estoy súper cómoda y siento que va a ser una noche estupenda.

Van dirección al pub. Por el camino les paran algunos relaciones públicas, pero no demasiados ya que van por una zona no demasiado transitada. Hablan de los exámenes, de la carrera, de sus amigas... Abril le cuenta lo sucedido con Jorge, pero no se sorprende, sabe que siempre les pasa lo mismo y le dice la frase que le repite siempre: «Al final, os casaréis». A Abril le hace gracia esa frase, pero también le agobia un poco. El pensar que en un futuro va a estar con alguien que ya conoce no le acaba de agradar del todo ya que tiene muchas ganas de conocer a gente nueva. Por eso odia pensar en el futuro.

- Y, ¿cómo es que te has animado a venir a La Sal? –pregunta por fin Abril.

- Pues mira, si te digo la verdad, estoy un poco harta del sitio de siempre con las mismas personas de siempre. Me apetece variar un poco. Como vosotras decís, conozco a media Granada y me apetece sentirme un poco libre, ¿sabes? Pasármelo bien sin más, sin importarme nada más –Marta dice muy emocionada, realmente se le nota que quiere cambiar de aires.– Además, los temazos que ponen de Britney y Madonna no te los ponen en otros sitios.

Abril ríe ante tal comentario. Y es que Marta lleva toda la razón del mundo. Aunque La Sal sea un "antro de locura y perdición", como dice Irene, no hay un lugar mejor en Granada si tu objetivo es pasártelo como nunca, desfogarte y sentirte libre de hacer el paso de baile que te salga de las narices. Además, allí puedes conocer a mucha gente. A Abril la gente que frecuenta ese lugar le resulta muy interesante porque los encuentra muy diferentes al resto. Y aunque no le guste ser la típica que dice: "Es que todos sois igual que todos y yo soy super diferente" tiene que reconocer que no se identifica mucho con la mayoría de las personas de las que se rodea. Cree que es una mezcla de Irene y Marina, son las personas con las que más afinidad tiene. Pero Marta le está despertando una curiosidad interesante.

Llegan al lugar y, por suerte, no hay mucha cola. Puede ser porque aún es un poco temprano, las doce y cinco. Aún así entran. Hay muy poca gente, unas cinco o seis personas en un círculo bailando Break Free de Ariana Grande. Se dirigen a la barra y se piden un tercio de Alhambra Especial. Abril aprovecha que la música no está muy alta para hablar con su amiga.

- Marta, si hay algo de lo que quieras hablar en concreto, yo diría que este es el momento, ya que la música no está muy alta.

Marta mira hacia el techo. Se siente un poco incómoda. Por una parte quiere hablar con su amiga, pero por otra siente que si estalla nada más empezar la noche, no se lo va a pasar bien. Por suerte se abre la puerta del pub y quien menos esperaba que la salvara, lo hace.

- ¡Marta! ¡Abril! –dice Javi mientras entra.– Qué raro veros a vosotras por estos lugares. De Abril me lo esperaba pero de ti... –dice mientras mira con cara extraña a Marta, y antes de que pueda contestarle, Abril interrumpe.

UntitledWhere stories live. Discover now