Pensar en el pasado me pone de mal humor por la impotencia tan grande de no poder dar marcha atrás en el tiempo, por que si pudiese obrar ese milagro jamás hubiese asistido a la fiesta en la playa en la cual fue el comienzo de todo. Mi padre me observa en silencio, esperando que continúe contándole esta peculiar historia donde yo soy la protagonista, pero lo que él no es consciente es que me duele recordar todo lo sucedido.
— Venga Aby... No será tan malo lo que te ocurrió — pobre ignorante, simplemente acabo de comenzar a contar la historia, todavía queda mucho por delante.
Cinco meses atrás...
Con mi espalda apoyada en el edificio estudiantil de la universidad espero la llegada de Jerry el cual se esta haciendo de rogar. Mi pelo rubio lo llevo al natural, con pequeñas ondas y con un volumen que parezco que he estado montada en un descapotable a doscientos kilómetros por hora. A mi me gusta llamarlo "efecto salvaje" aunque la verdad es que es vagueria por no estar en frente del espejo durante largos minutos para conseguir un peinado medianamente normal. Mis ojos azules están maquillados con una sombra oscura los cuales junto con mi pelo a lo leona me hacen verme como una estrella del rock de los noventa. Unos pantalones vaqueros desgastados y rotos junto con una estrecha camisa blanca con un estampado de la gran Frida Kalov han sido mi look elegido para esta noche. No se si iré concorde a los demás, pero la verdad es que me importa lo más mínimo. Abro los ojos como platos y mis labios forman una gran "O" cuando lo veo llegar montado sobre una moto que parece sacada del peor desguace de mi pueblo.
— Vamos, súbete... — no detiene el motor mientras me habla y sospecho que es por que tiene miedo de que si lo hace no vuelva a arrancar.
— Esto... — con mi mano señalo la moto oxidada bajo la atenta mirada de Jerry — ¿ tu crees que aguantará todo el camino? — afirma con su cabeza y su pequeño tupé naranja se mueve ante ese movimiento.
— Está moto tiene más años que tu y yo juntos y ha aguantado como una campeona — no hace falta que me lo jure que esta moto tiene más años años que matusalen.
Me monto en la parte trasera y rápidamente emprende el camino. Me da igual llegar con esta chatarra a la fiesta, incluso tengo que reconocer que me crea curiosidad saber que cara pondrán los niños ricañones cuando nos vean llegar con ella, lo que me preocupa es que nos deje tirados en mitad de la nada. Un humo negro y espeso brota del tubo escape y el sonido que emite cada vez que intenta acelerar suena como si se estuviera tirando unos pedos descomunales. BMW, Vespa último modelo, descapotables de alta gama se pueden ver circulando por la carretera y entre ellos estamos nosotros, como si nos hubieran sacado de la película Dos tontos muy tontos. No puedo evitar que una sonora y ruidosa carcajada brote de mis labios por la cómica situación y en la cual Jerry enseguida me acompaña.
Y así llegamos a la fiesta, riendo como retardos y con la moto tirándose pedos. Definitivamente nos habíamos convertido en un dúo cómico. No se si me sorprende más el doble volumen de mi pelo, la decoración de la fiesta, o la vestimenta de las personas presentes las cuales parecen que van a asistir al palacio de la reina. Pero aquí estamos Jerry y yo, vestidos como dos pordioseros y dispuestos ha entrar fuese como fuese en la fiesta. Tiffany. Esa fue la palabra clave que nos permitió el acceder sin problemas. Aquí en Zagreb el noventa por ciento de las chicas se llaman Tiffany por lo tanto cuando el pedazo de mastodonte que era el guardia de seguridad nos preguntó quién nos había invitado sólo tuve que pronunciar la palabra mágica y aquí estamos, bebiendo cerveza gratis mientras nos reímos de absurdeces. Jerry y yo estamos apoyados en una barrera de metal blanca y dorada, totalmente aislados del resto de alumnos los cuales parecen que se lo están pasando genial. El ser becado aquí es como si tuvieras una enfermedad altamente contagiosa, nadie quiere tratar con nosotros y sinceramente me hacen un gran favor, pero por sorpresa una chica de tez negra se acerca hacia nosotros con una sonrisa tímida en su rostro perfectamente maquillado y peinado.
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Los hermanos Manson
Teen FictionEn mi mente todo pareció sencillo y fácil, como si estuviera viendo una película y supiese cual iba a ser su final, uno maravilloso y espectacular. Pero no fue así. En mi empeño por que mi plan saliese a la perfección me hundí junto a el y todo por...