La Puerta A La Otra Dimensión

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Mi padre parece un poco aburrido por la larga historia que le estoy contando y no lo culpo ya que me estoy enrollando más que un viejo contando sus días de gloria. Tras mi silencio espero que formule alguna pregunta, pero no lo hace, simplemente se limita al mirar al horizonte con los ojos como un búho. Y antes de que se quede dormido y escuche sus ronquidos prosigo rápidamente a seguir contándole la historia de por qué he vuelto al pueblucho del cual  salí con la intención de no volver

Cinco meses atrás...

No os imaginéis la típica escena de película romántica que estando a cero grados la protagonista no siente frío por estar al lado del chico de sus sueño montada sobre una moto o que incluso dándole el aire frío en la cara ella se ve espectacular... La realidad mía es muy diferente como se pinta en los libros de wattpad. Con la maraña de pelo chocando con brutalidad en mi rostro y con un frío que provoca el castañeo de mis dientes todo el lívido ha desaparecido por completo de mi sistema. Ahora mismo en lo último que puedo pensar es en tener una noche de sexo salvaje con Dean sino en llegar a mi habitación y poderme arropar con mil mantas hasta entrar en calor. El trayecto lo hacemos en silencio, y no es por que él no haya intentado entablar conversación conmigo, pero soy incapaz de pronunciar palabra alguna de mis congelados labios.

Un gran suspiro de alivio brota de mis labios cuando se detiene la moto y veo en un extremo mío el edificio estudiantil donde resido. En cuanto me bajo de la moto me encaminó hacia el edificio donde vivo sin tan siquiera despedirme de Dean y con el único pensamiento en mi cabeza de llegar a mí hogar y entrar en calor.

Aby ... — detengo mis pasos de golpe cuando escucho mi nombre salir de sus labios  — mañana se celebrará una fiesta en una de las fraternidad más famosas de aquí, los Ozark, y tu como mi cuñada estás invitada — asiento con mi cabeza a la vez que la voy girando en su dirección y me sorprende la gran sonrisa pícara que decora sus lindos labios — Me gustaría que mañana siguiéramos la conversación que mi hermano ha interrumpido hoy y... Poder seguir conociéndote.

— Cuando llegues a la fiesta busca la mesa más apartada de la gente para que nadie nos pueda interrumpir... Y si ya me tienes preparada una cerveza fresquita me quedo a tu lado todas las horas que tu quieras... — le digo mientras muerdo mi labio inferior de forma seductora.

— Entonces te tendré preparado un barril entero para que te quedes a mí lado toda la noche — en cuanto termina la frase me guiña un ojo para después salir despavorido por la solitaria carretera.

Corriendo y con una gran sonrisa en mis labios me encamine hasta mi habitación para después desquitarme del húmedo vestido y tras ponerme un pijama de franela me lance a la cama como una adolescente con las hormonas revolucionadas. Admito que está versión sexy y seductora de Dean me desconcierta ya que pensaba que él era todo lo contrario pero aún así sigue manteniendo mi interés intacto. Dean se ha convertido en mi reto personal y hasta que no cumpla mis pronóstico no parare.

Me desperté el sábado al mediodía y con el cuerpo tan dolorido que parecía que hubiese estado haciendo deporte extremo. No se como se ha hecho de mi número de teléfono pero recibí un mensaje en la aplicación de WhatsApp de parte Dexter donde me informaba que me vendría a buscar a las diez de la noche y donde recalcaba que fuera puntual. Estoy empezando a sospechar que este chico tiene un grave problema con la impuntualidad.  Después de comer como si no hubiese un mañana y matar el tiempo con mi pasatiempo preferido, hacer el hater en las redes sociales con una cuenta anónima ahora ya cayendo la noche me dispongo a prepararme para asistir a esa fiesta de la que todo el mundo habla. Con un vestido negro, totalmente ceñido a mi cuerpo y que me llega por debajo de mi trasero miro a través del espejo mi pelo recogido en una alta coleta con una trenza en ella. Esta mal que yo lo diga pero me veo espectacular. Con una sonrisa miro hacia el reloj que marca las diez de la noche. Con lentitud y sin prisa voy saliendo de la habitación para ir bajando cada planta del edificio mientras me imagino a Dexter esperando rabioso por mi. Con inocencia y fingiendo ser una niña buena que hace las cosas de manera involuntaria camino hacia el coche de Dexter en el cual está mirándome desde el asiento del conductor. Sus intensos ojos azules recorren mi cuerpo de arriba a abajo sin expresión alguna lo que me sorprende viniendo de él ya que el asco y el desprecio va impreso en su mirada desde el minuto uno que lo conocí. Me subo en el coche en silencio y rápidamente emprende el camino, manteniendo su vista en la carretera.

Los hermanos MansonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora