¿ Que Quiere De Mi?

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Mi estómago ruge por el hambre que tengo. No se cuantas horas llevo sin comer y mis papilas gustativas me están suplicando probar la comida casera y cargada de cariño de mi madre, pero eso tendrá que esperar, primero tengo que terminar de contarle la historia a mi padre.

— ¿ Por que te enfrentaste a ese chico si sabías que era casi el dueño de todo? —fórmula la pregunta como curiosidad, no juzgando mi actitud.

— Por qué soy gilipollas papá — suelto un gran suspiro mientras me acaricio mi dolorido estómago con mis manos.

— No digas eso cariño — niego con impotencia con mi cabeza mientras alzo mi rostro, clavando mi vista en el azul cielo el cual su peculiar y precioso color me recuerda a la mirada de Dexter.

— Cuando termine de contarte todo lo sucedido me darás la razón... — cogiendo una gran bocana de aire vuelvo a retomar la historia bajo la atenta mirada de mi padre.

Cinco meses atrás...

El sol brilla, los pájaros canturrean, y yo en cambio tengo cara de haberme comido un limón ácido y en mal estado. No entiendo a la gente de aquí. En mi instituto, el valiente que se encargaba de desenmascarar a esa persona odiosa se convertía directamente en un maldito héroe. Yo lo había hecho, yo le había plantado cara a Dexter con simplemente verdades y mi acto solo se había convertido en la comidilla del día. La gran mayoria de las personas de aquí  comentan sorprendidos como una simple becada se atrevió a menospreciar a su rey de Zagreb, un grupo reducido alaban que por fin tras años de su dictadura alguien le plantase cara pero lo peor es que hay gente que cree que Dexter mostró misericordia ante mí, no hundiendo a la pobre chica pobre y becada. A eso no se le llama misericordia gilipollas, si no un zasca monumental que lo dejo sin palabras. Pero sinceramente me da igual Dexter, mi objetivo es su sexy hermano.

Jerry me mira en silencio, quizás desconcertado del por qué llevo largos minutos con mi vista clavada en la puerta principal del campus. Muy sencillo amigo mío, estoy esperando ver llegar a Dean Manson, saber si he conseguido mi objetivo de hacerme notar tras nuestra pequeña charla.

— ¿ Que querría Dexter en la fiesta de la playa cuando se acerco a nosotros ? — desvío mi vista rápidamente hacia Jerry, poniendo una mueca de confusión en mi rostro por su pregunta — Tú no lo viste por que le estabas dando la espalda pero venía con una gran sonrisa cínica y falsa y la vista clavada en nosotros ... Dexter quería algo pero en cuando te escucho insultarle no lo llevo a cabo — su mirada se queda ausente, como si estuviera reviviendo la escena en su mente para así recopilar toda la información.

— Primero, no le insulte, le dije la verdad... Y segundo, seguramente se acerco hacia el grupo de Nancy en busca de su próxima conquista y nosotros estábamos allí como un daño colateral —  en cuanto terminó de hablar vuelvo a fijar mi vista a la puerta principal, esperando con ansias ver aparecer tras ella a Dean.

— No creo que se acercará por ellas. Por la forma en la que hablaban e idolatran todo lo relacionado con Dexter no forman parte de la lista de futuras conquistas suyas, es más creo que Nancy y sus amigas se encuentran en la lista negra Dexter... Estoy seguro que quería algo de nosotros, pero no se el que... — mi mano se alza en su dirección, haciendo un gesto de que guarde silencio cuando veo que hace su aparición estelar, como si de una estrella del pop se tratase, Dexter Manson, y se que detrás suya irá su hermano menor y al que él ensombrece.

Dexter camina con pasos lentos y seguros, con su cabeza alzada y mirando con un deje de desprecio a los alumnos presente. A una pequeña distancia le siguen sus amigos, y entre ellos está Dean, arrastrando sus pies a cada paso que da y mirando con aburrimiento al frente. Son tan distintos tanto físicamente como en su forma de comportarse que cuesta creer que sean hermanos. Reconozco que me sorprende cuando Dexter pasa por mi lado sin tan siquiera mirarme, actuando como si no me conociese y nunca le hubiese ganado un duelo verbal delante de todo Zagreb. Pero mejor así, si él quiere fingir que no ocurrió tal diferencia de palabras entre nosotros no seré yo quien se lo recuerde. Dean va caminando con lentitud, pudiendo ver como pasa desapercibida su presencia para las féminas de aquí si tienen delante de sus narices al dios de Zagreb. Aparte de retardas están locas, esa es la explicación más lógica a que prefieran al mayor de los Manson que al menor. Dean no me mira, ni me sonríe, ni me saluda... Simplemente se limita actuar como siempre, ignorando mi presencia. Mi descaro no ha funcionado, mi osadía no ha llamado su atención, mi atrevimiento ha pasado desapercibido...
Pero de repente veo como su mirada se desvía hacia mi rostro, clavando sus profundos ojos negros con los mios por un breve instante en el que logró ver como las comisuras de sus labios se han elevado levemente. Me ha mirado y sonreído. Mi reto está yendo mejor de lo yo misma me imaginaba y Dean muy pronto será otro logro llevado con éxito. El maldito inconveniente es que veo casi imposible volver a coincidir con él. Somos de mundos distintos y nos movemos por diferente lugares. Aquí en la universidad no puedo acceder a él por su odioso hermano, ya que jamás permitiría que una pobretona como yo se relacionase con su hermanito y más después de nuestro desencuentro, pero no me voy a dar por vencida y se que encontraré la manera de poder llegar a él.

Los hermanos MansonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora