CAPITULO 4: CONFLICTO

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Las cartas estaban echadas sobre la mesa.

Ya todos estaban sentados en la mesa.

Por alguna extraña razón cuando anuncie una gran noticia para mis padres.

A ellos les pareció buena idea reunir a toda la familia es decir, a mi molesto y presuntuoso hermano menor que para que negarlo. Era guapo pero, inteligente no.

No como yo.

El bastardo por supuesto había traído a mis insoportables sobrinos y su radiante marido.

Odiaba a ese alfa.

Siempre me parecieron muy ruidosos esos engendros y a pesar que ya llevaba uno en su vientre definitivamente no podía quitar esa imagen de ellos.

Mi hijo sería perfecto.

Por dios, tiene los genes de un papacito y mío por supuesto.

Va a ser perfecto. Se dije mentalmente.

Pero, tras ver esa lasaña de carne con vegetales que mi madre preparaba y me encantaba antes aunque, ahora solo sentía cierta repulsión, por nuevamente valga la redundancia personita formándose, sentía solo asco y que decir, de mis manos que definitivamente producían una fuente natural de agua por lo sudadas en la que se encontraban.

Me maldije por no poder controlar mi cuerpo.

No le apetecía siquiera ver esa horrorosa comida.

Trataría de ser muy breve para poder irse a tomar aire libre y respirar.

Se le antojaba... ¿chocolate con salchichas?

Él no comía chocolates, probablemente iba a aumentar muchos kilos tras concluir el embarazo.

— ¡Haber panda de insoportables!— quería ser rápido algo rudo pero, tampoco exagerar. — Seré rápido porque uno, me molestan la mayoría de los presentes y dos, hasta la comida que me gusta me molesta— ver las caras de furia de su hermano y acompañantes, ni le mosqueo. Bueno sus padres no mostraban expresión alguna. Lo conocían demasiado bien.

— Estoy en espera ya saben tendré un hijo. Solo quería comunicárselos para largarme porque en verdad madre me gusta tu comida pero, esa lasaña que está en mi plato me causa náuseas y quiero vomitar — se lo dijo regresando a verla en su lado derecho. Mientras la miraba directamente a esos ojos cafés, sin esperar respuesta se levantó y camino con el mejor garbo en dirección al baño donde tuvo unas arcadas seguidas de un vomito espeso con trozos de lo que quedo de una hamburguesa a medio digerir que había ingerido hace 2 horas resultado del producto de su antojo más reciente. Cuando al fin dejo de sentirse mal con ese terrible sabor en su boca se incorporó y halo la cadena del inodoro, se enjuago la boca y respiro profundamente. Aun mareado pero, sintiéndose mejor decidió despedirse de sus padres en dirección a su hogar.

— ¡Qué asco!— fue el primer comentario que recibió de su queridísimo hermano. Al regresar a la mesa. Podía sentir todo el apoyo familiar del mundo en ese instante. ¿Por qué seria?

— Qué bueno que les haya gustado la sorpresa y para tu información. ¿Tú dabas más asco? Si mal no recuerdo, recién andaban de novios y quedaste en cinta cuando aún vivías aquí es decir, adolescente. Tenía que soportar tus vómitos matutinos durante tus primeros meses. — trágate esa, ahora hecho el digno. Si fue un promiscuo irresponsable. Yo siquiera sabía cuidarme.

— Si pero, cuando revele que estaba embarazado tenía un alfa apoyándome y tu esta solo—

— Porque quiero, tonto —

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